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Guía completa para resolver supuestos prácticos en las Oposiciones de Educación Infantil


Supuestos Prácticos

¿Te has sentido bloquead@ ante un supuesto práctico? Imagina por un momento que estás en el examen: lees el caso realista que te plantea el tribunal y, en lugar de pánico, sientes confianza. Sabes exactamente cómo empezar, qué estructura seguir y qué estrategias aplicar. Esa sensación de seguridad sí es posible. Muchas opositoras de Educación Infantil pasan por momentos de duda y estancamiento en la preparación de la prueba práctica, pero no estás sola. En este artículo te acompañaremos paso a paso: aprenderás técnicas formativas para abordar cualquier supuesto, encontrarás la motivación para superar el bache y te persuadiremos de que  también puedes lograrlo. Prepárate para transformar tus miedos en determinación y tus conocimientos en la llave que te hará destacar ante el tribunal de oposiciones.


La importancia de dominar los supuestos prácticos en oposiciones de Infantil


Los supuestos prácticos en las oposiciones de Educación Infantil son mucho más que un simple ejercicio: son la oportunidad de demostrar que sabes aplicar la teoría a la realidad del aula. Junto al tema teórico, esta prueba práctica suele ser decisiva, ya que evalúa tu capacidad para convertir conocimientos pedagógicos en intervenciones eficaces. En otras palabras, el tribunal plantea un escenario hipotético de la vida diaria en un aula de Infantil, y espera que ofrezcas una respuesta educativa fundamentada y adaptada.


¿Qué evalúa exactamente el tribunal? Principalmente, comprueba que eres capaz de:


  • Transformar teoría en práctica: Debes mostrar competencias de planificación, conocimiento de la legislación educativa vigente, manejo de metodologías activas y atención a la diversidad. No basta con memorizar el temario; hay que saber aplicarlo.

  • Alinear tu propuesta con el currículo oficial: Las estrategias deben estar en consonancia con los objetivos y contenidos del currículo de Educación Infantil establecido por la normativa (LOMLOE y decretos autonómicos). Recuerda que el currículo oficial de la etapa de Infantil está definido por el Real Decreto 95/2022 a nivel estatal y desarrollado por decretos de cada Comunidad Autónoma.

  • Resolver problemas reales del aula: El tribunal quiere ver cómo actuarías ante situaciones típicas de la etapa 0-6 años, desde conflictos de convivencia hasta necesidades educativas especiales. Valoran tu perspectiva didáctica, organizativa y profesional, así como que tus respuestas respeten los principios pedagógicos actuales (inclusión, atención individualizada, etc.).




Estrategias clave para resolver un supuesto práctico con éxito


A continuación, veremos estrategias formativas concretas que te ayudarán a abordar cualquier supuesto práctico paso a paso. Estas técnicas van desde cómo analizar el caso, hasta cómo estructurar la respuesta y justificar tus decisiones. ¡Toma nota!


1. Leer y analizar cuidadosamente el enunciado


El primer paso es leer con atención el enunciado del supuesto práctico, incluso dos o tres veces si es necesario. Parece obvio, pero bajo la presión del examen muchas personas fallan por apresurarse. Mientras lees, identifica el problema principal que plantea la situación y anota también los detalles secundarios


  • ¿Qué te pide exactamente el supuesto? A veces hay preguntas concretas al final; subráyalas para no olvidarte de responder a todas.

  • ¿Cuál es la situación de partida? Identifica quiénes están involucrados (un niño, un grupo, las familias, el centro), el contexto (aula, edad de los niños, momento del curso, etc.) y la problemática central (adaptación, comportamiento, diversidad, metodología...).

  • ¿Qué factores influyen? Toma notas de posibles causas del problema, necesidades identificadas, recursos disponibles y cualquier otro dato relevante. Este análisis inicial es similar a hacer un diagnóstico: descomponer la situación en sus elementos clave.


Piensa en ti como una detective educativa: primero reúnes todas las pistas del caso práctico. Solo con un buen diagnóstico podrás enfocar correctamente la solución. Por ejemplo, no es lo mismo un problema de convivencia entre niños, que una dificultad de aprendizaje individual, o un desafío organizativo del centro. Identifica bien de qué tipo de supuesto se trata.


Consejo: Durante esta lectura inicial, puedes hacer un esquema o mapa conceptual en sucio. Dibuja cajas para "contexto", "problema", "causas", "necesidades", "posibles intervenciones". Esto te ayudará a tener una visión de conjunto antes de redactar.




2. Fijar una estrategia de actuación y un esquema de respuesta


Una vez comprendido el caso, no empieces a escribir directamente la respuesta final. Es muy beneficioso planificar un esquema básico de tu respuesta en un folio aparte (borrador). Este esquema es tu plan de ataque: te permitirá organizar las ideas y asegurarte de no dejar ningún apartado sin contestar.


¿Cómo diseñar este esquema? Incluye al menos:


  • Introducción: Aquí situarás el tema, resumirás el problema y adelantarás el enfoque que vas a dar.

  • Desarrollo: Desglosa en apartados según lo que te pidan. Por ejemplo, si el supuesto te pide "detectar necesidades y proponer intervención", podrías tener un apartado de diagnóstico y otro de propuesta didáctica. En el desarrollo tendrás que justificar todo con teoría y normativa.

  • Conclusión: Una sección final breve para recapitular las soluciones aportadas, añadir alguna mejora futura o reflejar qué se logra con tu intervención.


Asegúrate de que en tu esquema cada pregunta planteada en el enunciado tiene su respuesta. Ordena las secciones de forma lógica. Sigue un esquema fijo siempre que puedas: te dará seguridad y facilitará al tribunal seguir tu. Un esquema clásico podría ser: Situación inicial -> Marco teórico-normativo -> Propuesta de intervención -> Conclusión. Adapta este molde según el caso concreto, pero tenlo como guía.


Recuerda, no se trata de “soltar” todo el temario, sino de responder lo que se te pide de forma precisa. Por eso, planificar evita que te vayas por las ramas. Más vale una respuesta bien estructurada y completa en los puntos clave, que divagar sobre contenido no relevante.


3. Aplicar la legislación y el currículo vigentes


Un aspecto que distingue una buena respuesta es la inclusión de referencias normativas pertinentes. En Educación Infantil, debemos tener presente:


  • La legislación educativa básica: Actualmente la LOMLOE (Ley Orgánica 3/2020) y sus desarrollos. Citar algún artículo clave puede sumar puntos. Por ejemplo, la LOMLOE enfatiza identificar tempranamente las necesidades específicas de apoyo educativo y actuar bajo principios de normalización e inclusión

  • El currículo oficial de la etapa: Tanto el currículo básico estatal (establecido en RD 95/2022) como el currículo de tu Comunidad Autónoma (que suele venir en un Decreto autonómico). Debes demostrar que tus propuestas encajan en los objetivos, competencias y orientaciones metodológicas oficiales para Infantil.

  • Otras normas relevantes: Según el supuesto, podrías mencionar la normativa de atención a la diversidad (por ejemplo, decretos de inclusión educativa), protocolos de adaptación para ACNEAE, legislación sobre convivencia escolar, salud escolar, etc., siempre que sean aplicables al caso. No cites leyes por citar, hazlo con sentido.


¿Por qué es importante la normativa? Porque muestra al tribunal que tienes un fundamento sólido y que tus decisiones respetan el marco legal. Por ejemplo, si propones medidas para un alumno con necesidades especiales, reforzarlo diciendo que “la legislación vigente promueve la escolarización inclusiva desde el mismo momento de la detección de necesidades”le da mayor peso a tu respuesta. O si hablas de metodologías lúdicas, puedes mencionar que la normativa de Infantil destaca el juego como principio metodológico básico.

No hace falta saberse los artículos de memoria palabra por palabra, pero sí conviene memorizar algunas frases clave de leyes o decretos que puedas encajar. El tribunal reconocerá esas referencias. Por ejemplo: “tal como indica el Proyecto Educativo de Centro y el Decreto X/20XX de curriculum, se garantizará la colaboración familia-escuela en el periodo de adaptación”. Una cita normativa bien traída impresiona y aporta rigor.


4. Fundamentar con teoría pedagógica y metodologías activas


Junto con la normativa, tu respuesta debe estar apoyada en fundamentación teórica. Esto significa que cada solución que propongas tenga detrás razones pedagógicas reconocidas, autores o metodologías conocidas en el ámbito educativo. Algunas ideas:


  • Citar autores o teorías: Por ejemplo, si hablas de aprendizaje significativo, puedes mencionar a Ausubel; si propones rincones de juego, podrías aludir a Montessori o a las escuelas activas; si hablas de desarrollo emocional, a Wallon o Goleman, etc. No es soltar nombres por impresionar, sino mostrar que tu propuesta se basa en corrientes pedagógicas sólidas.

  • Incluir metodologías activas: Hoy en día se valoran enfoques como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el aprendizaje cooperativo, el enfoque Reggio Emilia, el modelo Montessori, las rutinas de pensamiento, entre otros. Si el caso lo permite, explica cómo aplicarías alguna metodología activa. Por ejemplo: “Organizaría un pequeño proyecto de aula para resolver el conflicto, siguiendo la metodología ABP, de modo que los niños participen activamente en la búsqueda de soluciones”. Esto demuestra innovación y conocimiento de prácticas actuales.

  • Términos técnicos educativos: Usa con naturalidad vocabulario específico de pedagogía: “andamiaje” de Vygotsky, “evaluación formativa”, “ambientes de aprendizaje”, “diseño universal para el aprendizaje (DUA)”, etc., según proceda. El uso correcto de estos términos da solidez a tu discurso, pero solo úsalos si sabes aplicarlos bien al contexto.


Recuerda siempre hilar la teoría con la práctica: no describas teorías largas sin conectar con el problema. Por ejemplo, si citas a Piaget sobre el desarrollo cognitivo, que sea para justificar una actividad concreta adecuada a la edad. Cada fundamentación debe apoyar alguna decisión de tu plan.




5. Proponer soluciones creativas y realistas a la vez


Ahora llega la parte medular: tu propuesta de intervención. Aquí es donde muestras tu capacidad de resolver la situación planteada. ¿Qué caracteriza a una buena propuesta?


  • Atiende al problema principal: Parece de perogrullo, pero asegúrate de que tu solución responde directamente al núcleo del supuesto. Si el problema es la adaptación de un niño nuevo, tu intervención debe centrarse en medidas para acoger al niño, reducir su ansiedad, implicar a la familia, etc. Si el problema es un conflicto de convivencia en el aula, deberás proponer actividades de educación emocional, mediación, normas de aula… Cada supuesto tiene su enfoque.

  • Incluye medidas concretas: Es mejor detallar ejemplos de actividades o acciones que harías, en lugar de quedarte en generalidades. Por ejemplo, en un caso de adaptación: “Permitiría al niño traer un objeto de apego de casa y organizaría un plan de acogida progresiva la primera semana”. O en un caso de dificultad de lenguaje: “Aplicaría juegos de discriminación auditiva y cuentos con pictogramas para estimular su desarrollo lingüístico, involucrando también al especialista de Audición y Lenguaje”. Esto muestra que sabes aterrizar las soluciones.

  • Demuestra planificación: Puedes estructurar tu intervención en fases (corto, medio plazo) o por responsables (qué hace el tutor, qué el equipo de orientación, etc.). Por ejemplo: “Primero, reunión con la familia; después, seguimiento individual durante un mes; finalmente, evaluación de la adaptación con todo el equipo docente”. Esto le da orden a tu propuesta y muestra visión global.

  • Creatividad ajustada a la normativa: Se valora la originalidad, siempre que no contradiga las normas. Propón ideas innovadoras pero viables. Quizá diseñar un “cuaderno viajero” entre casa y escuela para mejorar la comunicación, o una “asamblea de aula” para que los niños expresen emociones tras un conflicto. Son ideas creativas pero acordes con metodologías participativas adecuadas a Infantil.


Y muy importante: justifica cada medida. No basta con decir “haría X”, explica brevemente por qué harías X y cómo eso soluciona o mejora la situación. Por ejemplo: “Organizaría talleres con familias (porque así fomentamos la colaboración familia-escuela, tal como indica la normativa, y el niño verá coherencia entre ambos entornos)”. Siempre cierra el círculo entre el problema detectado y la solución propuesta.



6. Personalizar la respuesta: atención a la diversidad e inclusión


En cualquier supuesto de Educación Infantil, es casi obligado demostrar que tienes en cuenta la diversidad del alumnado. Hoy día, las aulas son heterogéneas: diferentes ritmos de aprendizaje, alumnado con necesidades específicas, diversidad cultural, etc. Aunque el supuesto no mencione explícitamente a ningún alumno con necesidades, conviene mencionar brevemente cómo atenderías la diversidad en tu propuesta.


Si el caso práctico  trata de un alumno con NEE (Necesidades Educativas Especiales) o una situación de inclusión, entonces este apartado será central:


  • Propuestas inclusivas: Explica qué ajustes razonables harías para ese alumno, sin excluirlo del grupo más de lo necesario. Por ejemplo, si es un niño con TEA (autismo), podrías mencionar el uso de pictogramas o un rincón de calma; si es un niño con discapacidad motora, la adaptación del espacio y materiales para su accesibilidad.

  • Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA): Menciona que planificarías actividades “para todos” con distintos niveles de apoyo, de forma que cada niño pueda participar a su manera. Esta es la filosofía DUA: en lugar de hacer algo aparte para el alumno con necesidades, diseñar actividades flexibles para todo el grupo.

  • Coordinación con especialistas: Nombra a los profesionales de apoyo que intervendrían: PT (Pedagogía Terapéutica), AL (Audición y Lenguaje), Orientador... según el caso. Por ejemplo: “Contaría con la orientación del departamento de orientación y la PT del centro para elaborar un plan de apoyo individual”.

  • Referencias legales de inclusión: Puedes citar que la legislación actual (LOMLOE) y normativas autonómicas “promueven la educación inclusiva desde etapas tempranas”, o mencionar el artículo 71 de la LOE modificado por LOMLOE que garantiza recursos para alumnado con necesidades.



7. Concluir con aportaciones reflexivas y realistas


La conclusión de tu supuesto práctico, aunque breve, es tu última oportunidad de impresionar. No la dejes en blanco ni te limites a repetir lo ya dicho sin más. ¿Qué incluir?

  • Resumen conciso: En 2-3 frases resume la esencia de tu propuesta y cómo crees que solucionará el problema. Ejemplo: “En conclusión, mediante una adaptación progresiva, la colaboración con la familia y estrategias lúdicas centradas en la educación emocional, facilitaremos la integración exitosa del alumno en el aula, favoreciendo su bienestar y el de sus compañeros.”

  • Visión a futuro: Puedes añadir una perspectiva de continuidad o mejora a largo plazo. Por ejemplo: “Asimismo, se realizará un seguimiento trimestral de la intervención, ajustando las medidas según la evolución del alumno, en línea con la cultura de mejora continua del centro.” Demuestra que entiendes que la educación es un proceso, no algo puntual.

  • Toque positivo y vocacional: Termina con una frase que denote tu entusiasmo por lograr mejoras. Algo inspirador pero sin exagerar. Ejemplo: “Porque cada reto en el aula es una oportunidad para crecer como docente y para lograr que ningún niño se quede atrás, esta intervención se convierte en un compromiso con la inclusión y la calidad educativa.”

Una conclusión bien pensada deja un sabor final excelente en el corrector. Refuerza la idea de que has respondido a todo y de que tu enfoque es profesional y humano a la vez.


Estructura de la respuesta: cómo organizar tu supuesto práctico


Hemos mencionado varias veces la estructura, y es tan importante que vamos a concretarla aquí de forma clara. Presentar tu respuesta con una buena organización interna facilitará la lectura al tribunal y te asegurará que cubres todos los puntos. Veamos una estructura recomendada para un supuesto práctico, sección por sección:

Introducción del supuesto práctico


Esta es la tarjeta de presentación de tu respuesta. Debe ser breve (un párrafo) pero potente. ¿Qué incluir?


  • Referencia al caso concreto: Demuestra al tribunal desde la primera línea que has entendido la situación. Por ejemplo: “Nos encontramos ante un caso de adaptación escolar de un alumno de 3 años que muestra ansiedad por separación al inicio del curso.” Así ya enmarcas de qué va el supuesto.

  • Importancia pedagógica del tema: Sitúa el problema en el contexto educativo general. Ejemplo: “El periodo de adaptación en Educación Infantil es crucial para el desarrollo emocional del niño y para establecer un vínculo positivo con la escuela.” Puedes añadir alguna referencia teórica o normativa breve aquí si procede (ej. “tal como indica el proyecto educativo, debemos garantizar una transición afectiva segura”).

  • Enfoque de la respuesta: Anuncia de forma resumida qué harás para resolverlo. “A continuación, se realizará un análisis de las necesidades del alumno y se propondrá un plan de intervención con la colaboración de la familia y estrategias lúdicas, siguiendo la normativa vigente.” Esto prepara al lector sobre lo que viene y muestra organización mental.


Una introducción así “sitúa, importancia, enfoque” deja claro al corrector que tienes las ideas ordenadas. ¡Cuidado! Evita empezar con definiciones de libro demasiado genéricas (e.g. “La educación infantil abarca de 0 a 6 años…” algo que no vaya al grano del caso). El tribunal quiere ver que hablas del supuesto, no del temario general.





Desarrollo o cuerpo central


El desarrollo es donde respondes en detalle a las cuestiones del supuesto. Suele convenir dividirlo en varios apartados con subtítulos (que puedes subrayar o resaltar en el examen manuscrito, si lo permites, o al menos dejar claro cuando cambias de tema). Los apartados dependen de lo que te pregunten, pero suelen abarcar:


  1. Análisis o diagnóstico de la situación: Explicas las causas del problema, las necesidades detectadas y en general el por qué del caso. Ejemplo: “Tras analizar la información proporcionada, se identifica que el alumno presenta ansiedad de separación debido a una falta de hábito de separación familiar y a la novedad del entorno escolar. Se trata de una reacción normal a los 3 años, agravada posiblemente por… etc.” Aquí puedes mencionar factores del entorno, recursos con los que cuentas en el centro (p.ej. “el centro carece de periodo de adaptación escalonado, lo que ha dificultado…”). Este apartado demuestra capacidad de análisis.

  2. Marcos teórico y normativo (integrados): No hace falta hacer un apartado separado titulado "Marco teórico" (a menos que quieras y tengas mucho que decir), pero sí integra en la propia solución la fundamentación. Puedes, no obstante, dedicar un párrafo específico a citar la normativa aplicable antes de pasar a las propuestas: “En base a la normativa vigente, concretamente la Orden XX/20XX de nuestra comunidad, el periodo de adaptación debe organizarse de forma flexible. Asimismo, autores como Winnicott señalan la importancia del objeto transicional en estas edades...”. Este párrafo puede titularse “Fundamentación” por ejemplo, y anteceder a la propuesta.

  3. Propuesta de intervención educativa: Este es el núcleo: qué vas a hacer para resolver el caso. Puedes estructurarlo por fases o por ámbitos:

    • Medidas a nivel de aula: por ejemplo, rutinas diarias, metodologías, gestión de aula.

    • Medidas a nivel de alumno: adaptaciones individualizadas, refuerzos, apoyo específico.

    • Medidas a nivel de centro/familia: coordinación con otros profesionales, reuniones con familias, cambios organizativos.

  4. Siguiendo el ejemplo del niño en adaptación, tus medidas serían: acciones concretas con el niño (estrategias de apego, acogida afectiva), acciones con la familia (entrevistas, orientaciones), acciones con el aula (clima acogedor, tutorías con compañeros), acciones del centro (flexibilizar horarios inicialmente si es posible, etc.). Presenta tus medidas en párrafos separados o viñetas para que se vean claras. Cada medida, recuerda, con su breve justificación teórica/normativa.

  5. Atención a la diversidad (si no lo has incluido ya dentro de la propuesta): Asegúrate de mencionar cómo tu plan es inclusivo. Si ya lo integraste (idealmente sí, e.g. “se contemplarán diferentes ritmos para atender la diversidad del alumnado”), puede que no necesites un apartado aparte. Pero si procede, puedes añadir “Adaptaciones para necesidades específicas” donde digas: “Si en el aula hubiese alumnado NEAE, estas actuaciones se complementarían con… (ej: apoyos visuales, refuerzos individualizados, etc.)”.

  6. Aspectos de evaluación de la intervención: Este apartado a veces se olvida y es un plus. Consiste en decir cómo comprobarás si tu plan ha funcionado. Por ejemplo: “Tras dos semanas de aplicación del plan de adaptación, se evaluará la progresión del alumno observando indicadores como: llega al centro sin llanto, participa en la asamblea inicial, etc. En base a esta evaluación, se mantendrán o ajustarán las medidas.” Esto muestra reflexión sobre la práctica y cierra el ciclo educativo (planificar-actuar-evaluar).


En el desarrollo, es fundamental mantener la claridad y el orden. Es buena idea utilizar conectores: primero, en segundo lugar, por una parte, por otra, además, por último, etc., para guiar al lector.


Tip: Si ves que el supuesto práctico tiene varias preguntas numeradas, puedes estructurar tu desarrollo respondiendo a cada una en orden, con sus respectivos apartados. Incluso podrías enumerar tus apartados para que el tribunal vea claramente “Respuesta 1”, “Respuesta 2”, etc. La clave es que no quede ninguna pregunta sin responder y que la solución se entienda sin esfuerzo.


Conclusión de la respuesta


Ya describimos cómo elaborar una conclusión sólida en la sección de estrategias. Como parte final de la estructura, solo reforzar:


  • breve (párrafo corto).

  • No introduzcas ideas nuevas relevantes que no hayas mencionado antes; la conclusión no es para añadir una medida que olvidaste, sino para cerrar y recalcar la coherencia de todo lo anterior.

  • Transmite una sensación de cierre y logro: deja claro que, aplicando lo propuesto, la situación mejorará o se resolverá en gran medida, y que estarías pendiente de su seguimiento.


Puedes incluso acabar con una frase vocacional si encaja, del estilo: “Como docentes de Educación Infantil, tenemos el reto y la responsabilidad de... [conectar con el caso]. Esta propuesta se enfoca en ese objetivo.”

Al terminar la conclusión, relee mentalmente todo. Si seguiste esta estructura (Introducción – Desarrollo en apartados – Conclusión), habrás respondido de forma completa, organizada y atractiva. Habrás mostrado conocimientos, habilidades prácticas y también cierta dosis de pasión educativa, algo que a los tribunales no les pasa desapercibido 😉.


Consejos para impresionar al tribunal de oposiciones


Ya sabes cómo estructurar y elaborar tu supuesto práctico, pero ¿cómo dar ese salto de calidad que te haga destacar realmente frente al tribunal? Aquí van algunos consejos prácticos adicionales, pequeños detalles que marcan la diferencia:


  • Cuida la presentación escrita: Si la prueba es manuscrita, escribe con letra legible y margenes. Usa viñetas o guiones para listas de medidas (siempre que el formato de examen lo permita) y deja líneas en blanco entre secciones para facilitar la lectura. Un examen limpio transmite orden y profesionalidad.

  • Gestiona bien el tiempo: Antes de comenzar a escribir en limpio, decide cuánto tiempo dedicarás a cada parte. Por ejemplo, en un examen de 2 horas para el supuesto, quizá 20 min para leer y planificar, 90 min para escribir desarrollo, 10 min para repasar. No apures hasta el último segundo sin repasar. Es preferible terminar un poquito antes y releer para corregir errores o completar algo faltante, que entregar con fallos evitables. Practica simulacros en casa con cronómetro para afinar tu administración del tiempo.

  • Demuestra seguridad y realismo: Escribe en tono formal pero seguro. Evita expresiones dubitativas (“intentaríamos”, “podríamos quizá”); mejor afirma “se llevará a cabo..., se implementará...”. Eres la maestra en esa situación, decide con seguridad. A la vez, sé realista: no prometas milagros ni soluciones mágicas. El tribunal valora la honestidad profesional, por ejemplo reconocer que “la mejora será progresiva y requerirá coordinación continua” muestra que sabes que la educación real tiene retos continuos.

  • Incluye la voz del alumno/a: Un detalle empático es mencionar cómo involucras a los propios niños en la solución. Por ejemplo: “Daré voz al alumnado implicándolo en la creación de las normas de convivencia” o “escucharé al niño para entender sus miedos y partir de sus intereses”. Esto refleja tu enfoque centrado en el niño, muy acorde con la etapa Infantil.

  • Vocabulario preciso y variado: Ya hablamos de vocabulario técnico, pero además procura no repetir cien veces “niño/niña” o “profesor/a”. Usa sinónimos o expresiones: “el alumnado”, “el pequeño”, “los infantes”, “el docente”, “el equipo educativo”, etc. Evita muletillas o lenguaje demasiado coloquial. Piensa que estás escribiendo casi un informe profesional. Debe leerse natural pero con propiedad.

  • Referencias a experiencias o ejemplos (si procede): Si has vivido alguna situación similar en prácticas o trabajando, podrías muy brevemente aludir: “(Como he podido observar en situaciones reales de aula, este tipo de estrategias de relajación matinal funcionan muy bien para…)”. Esto no es obligatorio, pero si lo haces con humildad y brevedad, da a entender que hablas con conocimiento práctico.

  • Empatía y valores docentes: Deja traslucir tu vocación. Frases donde se note tu empatía, paciencia, compromiso con los niños pueden calar hondo. Por ejemplo: “En todo momento mostraré una actitud cercana y comprensiva, porque a esta edad la figura docente debe brindar seguridad y afecto.” Este tipo de consideraciones cualitativas demuestran tu madera de buena maestra, algo que el tribunal también busca, más allá de la teoría.


Finalmente, piensa que el tribunal son personas: leen muchas pruebas seguidas y agradecerán encontrar una respuesta clara, coherente y con “alma”. Ponle dedicación al fondo, pero también al estilo y la forma, para atrapar su atención positivamente. Si logras que casi “disfruten” leyendo tu solución porque se entiende bien y refleja amor por la profesión, tendrás muchos puntos ganados.


Errores comunes al resolver supuestos prácticos (y cómo evitarlos)


Es humano cometer errores, pero en un examen de oposición queremos minimizarlos. Aquí recopilamos algunos fallos frecuentes que cometen los opositores al abordar los casos prácticos de Infantil, para que tú estés alerta y los evites:


  • No responder exactamente lo que se pregunta: A veces, por los nervios, uno se desvía del tema. Por ejemplo, el enunciado pide “medidas de atención a un alumno concreto” y la persona se pone a describir la teoría general del desarrollo infantil. Solución: Vuelve siempre a las preguntas clave del supuesto. Revísalas durante la redacción para asegurarte de que vas cubriendo todo. Si te ayuda, puedes incluso copiar mentalmente las preguntas como subtítulos y responder debajo.

  • Exceso de teoría sin aplicación práctica: Este error es muy común. Se escribe párrafos enteros de marco teórico o histórico que no se conectan con el caso concreto. El tribunal puede pensar que lo llevabas memorizado y lo has soltado sin más. Solución: Cada vez que incluyas teoría o ley, añade “esto se traduce en la práctica en…” y vincúlalo con tu caso. Por ejemplo, no te limites a mencionar la LOMLOE, di cómo te guía en la intervención. La teoría debe ser un apoyo, no el fin en sí mismo.

  • Propuestas genéricas o poco aterrizadas: El otro extremo: dar consejos muy vagos (“mejorar la convivencia”, “atender la diversidad”) sin concretar cómo. Solución: Aterriza siempre con ejemplos. Si hablas de mejorar convivencia, menciona dinámicas o actividades específicas; si dices atender la diversidad, explica una adaptación curricular concreta, etc. Ponte en el rol real: ¿qué haría exactamente en mi clase? Detalla eso.

  • Olvidar citar la normativa educativa: Ya lo recalcamos: no hacer ni una sola referencia legal es desaprovechar puntos fáciles. Solución: Lleva memorizados algunos “latiguillos” legales. Si no recuerdas número de artículo, con citar la ley por su nombre y la idea es suficiente (ej: “según la ley educativa vigente, debemos identificar las necesidades a la mayor brevedad”).

  • Descuidar la atención a la diversidad: Plantear una intervención que parezca “para un alumno estándar” sin mencionar la posibilidad de necesidades especiales o ritmos distintos puede verse como falta de previsión. Solución: Incluye siempre alguna línea de diversidad, aunque el caso no lo pida explícitamente. Un simple “adaptando las actividades a las características individuales de cada niño, incluidos aquellos con necesidad de apoyo” ya muestra tu sensibilidad inclusiva.

  • No administrar bien el espacio/tiempo de respuesta: Algunos opositores se explayan mucho en el principio y luego se quedan sin tiempo dejando la solución a medias, o escriben atropellado al final. Solución: Practica ensayos cronometrados. En el examen real, prioriza contenido: es preferible que todas las partes queden respondidas aunque alguna con menos detalle, a dejar un apartado entero sin contestar. Si ves que el tiempo apremia, sintetiza ideas clave en forma de lista antes de dejar algo vacío.

  • Falta de coherencia interna: Esto pasa si uno va escribiendo sin esquema: que la propuesta no responda al diagnóstico hecho, o que en la conclusión menciones algo nuevo que no explicaste antes. Solución: Planificar (volvemos a insistir) es la cura. Revisa tu esquema: ¿Mis soluciones atienden a las causas que identifiqué? ¿Estoy solucionando el problema inicial? Mantén el hilo conductor lógico durante todo el texto.

  • Ortografía y redacción descuidadas: Un clásico que puede penalizar. Errores ortográficos, frases confusas o muy largas que dificultan la lectura, tachones excesivos… Solución: Cuida la escritura. Repasa las normas ortográficas básicas si es necesario (tildes, puntuación). En la oposición, si es escrita, escribe con calma para no tener que tachar tanto. Frases mejor cortas y claras que larguísimas. La presentación cuenta en la impresión global.


Nadie es perfecto, pero siendo consciente de estos puntos negros podrás evitarlos. Haz simulacros de supuestos entregándolos a tu preparador o compañeros para que detecten si caes en alguno de estos errores. ¡Mejor corregirlos en la preparación que en el día D!


Cómo practicar y mejorar: recursos y ejemplos para entrenar


La preparación de los supuestos prácticos no termina en estudiar teoría; hay que practicar. Cuanto más entrenes con casos reales o simulados, más cómodo te sentirás el día del examen. Aquí te proponemos recursos y actividades para mejorar tus habilidades en la resolución de casos prácticos:


  • Baterías de supuestos de años anteriores: Una excelente estrategia es conseguir enunciados de supuestos prácticos de convocatorias pasadas. Algunas comunidades autónomas publican después del examen los supuestos propuestos. Por ejemplo, sindicatos como CSIF suelen recopilar los enunciados oficiales: en Extremadura 2019 publicaron casos reales de Educación . También la web oficial de algunas consejerías ofrece los supuestos tras las pruebas (la Junta de Andalucía, Madrid, etc., en sus portales de educación). Practica resolviéndolos como si fuera el examen, con tiempo limitado. Después, compara tu respuesta con el criterio que puedas obtener de preparadores o academias.

  • Supuestos prácticos resueltos de preparadores: En el mercado (y en blogs especializados) hay recopilaciones de supuestos resueltos por expertos. Pueden servirte de guía para ver cómo estructura y fundamenta alguien con experiencia. Úsalos como referencia, pero no para memorizar. Ten cuidado: tu respuesta debe ser original y adaptada al caso concreto, no un “copiar-pegar” de un caso parecido. Aun así, revisar supuestos resueltos te ayuda a interiorizar el estilo y la profundidad esperada. Por ejemplo, en TuProgramacionDidactica u otros sitios de oposiciones suelen vender modelos actualizados (asegúrate de que incorporen LOMLOE, etc., si decides adquirir alguno).

  • Foros y grupos de estudio: Participar en comunidades de opositores (presenciales u online) puede darte retroalimentación valiosa. Pueden intercambiar supuestos y luego comentar en grupo las diferentes formas de enfocar la solución. Esto abre la mente a nuevas ideas y te hace ver cosas que quizá pasando por alto. Además, el apoyo mutuo motiva (ver que otros también luchan con lo mismo y lo van superando).

  • Simulacros cronometrados periódicos: No esperes a último momento. Una vez que tengas cierto dominio, imponte simulacros completos cada semana o cada dos semanas. Simula las condiciones del examen: si en tu convocatoria tendrás, por ejemplo, 2 horas para el práctico, ponte reloj por 2 horas, sin interrupciones, en un ambiente silencioso. Acostumbra a tu mente y cuerpo a ese estrés controlado. Tras cada simulacro, corrige tu propio escrito: detecta puntos débiles, mídete si te dio tiempo, etc. Verás cómo mejoras con cada intento.

  • Actualízate en normativa y tendencias educativas: Aunque no sea “practicar supuestos” en sí, estar al día de novedades te puede dar puntos extra. Si sale una nueva ley, un nuevo decreto en tu comunidad o simplemente metodologías emergentes (por ejemplo, programación neurolingüística en infantil, mindfulness para niños, STEAM en infantil...), conócelas. Si viene a cuento en un supuesto, mencionarlo demostrará que eres una opositora moderna y actualizada. Eso sí, siempre que encaje en la situación dada.

  • Utiliza plantillas o checklists: Algunos preparadores facilitan plantillas para resolver supuestos, es decir, esquemas base con huecos a rellenar según el caso. Por ejemplo: Introducción (situación + importancia) → Diagnóstico (causas, necesidades) → Propuesta (objetivos, medidas en X ámbitos, atención a diversidad, evaluación) → Conclusión. Crea tu propia plantilla mental a fuerza de practicar, de modo que ante cualquier supuesto puedas rápidamente organizar tus ideas en ese esqueleto. Una checklist final también es útil: antes de dar por bueno un supuesto en práctica, repasa una lista: “¿He citado una ley? ¿He propuesto al menos 3-4 medidas concretas? ¿He mencionado la diversidad? ¿He estructurado bien intro-desarrollo-conclusión?”. Si todo sí, ¡adelante!


Recuerda que la práctica hace al maestro... ¡y nunca mejor dicho en este caso! Cuanto más casos trabajes, menos te sorprenderá el que te pongan en el examen. Ganarás en agilidad mental para adaptar tus conocimientos a cualquier escenario. Llegará un punto en que incluso disfrutarás resolviendo supuestos, viéndolos como pequeños puzles pedagógicos. Así que lápiz en mano, busca ejemplos y ¡a entrenar!




El apoyo de un preparador: ¿vale la pena buscar ayuda extra?

A lo largo de este camino, puede que te preguntes si deberías buscar la ayuda de un preparador o preparadora especializado, o si con estudiar por tu cuenta es suficiente. La respuesta depende de cada persona, pero déjame contarte cómo podría beneficiarte contar con un guía en la resolución de supuestos prácticos:


  • Feedback personalizado: Un preparador experimentado te corregirá los supuestos con ojo crítico y te dirá exactamente en qué puedes mejorar. Quizá tú sola no te das cuenta de que siempre olvidas cierta parte, o que tu redacción es confusa en tal punto. Tener esa retroalimentación individual es oro puro para pulir detalles.

  • Método y disciplina: Apuntarte con un preparador (particular o academia) te imprime un ritmo. Tendrás entregas periódicas, simulacros, tareas… Esa disciplina externa ayuda mucho a mantener la constancia, especialmente si te cuesta organizarte sola o si tiendes a procrastinar la práctica de supuestos (¡que a veces pasa, porque nos dan respeto!). Además, un buen preparador ya tiene un método estructurado que te enseñará, y herramientas probadas de éxito.

  • Materiales de calidad: Los preparadores suelen proporcionar material adicional: ejemplos de supuestos resueltos, esquemas, listados de normativa relevante, bancos de preguntas, etc. Todo eso te ahorra tiempo de búsqueda y te asegura trabajar con contenido actualizado. Por ejemplo, podrán facilitarte normas ya resumidas y comentadas, o modelos de respuestas excelentes para inspirarte.

  • Ánimo y acompañamiento emocional: No subestimemos esto. Un preparador también hace de coach emocional muchas veces. Sabe por lo que estás pasando (muchos también fueron opositores) y puede darte palabras de aliento, técnicas antiestrés, y sobre todo, la seguridad de que vas por buen camino. Ese apoyo psicológico es un plus importante para llegar con confianza al examen.

  • Simulacros con tribunales simulados: Algunas academias organizan simulacros con otros preparadores haciendo de tribunal, calificando tu actuación escrita y oral. Exponerte a ese entorno antes de la oposición real puede quitarte mucho miedo escénico y afinar tu desempeño. Son oportunidades difíciles de recrear estudiando en soledad.

  • Actualización constante: Los preparadores están pendientes de cambios en convocatorias, criterios de calificación, novedades educativas... Ellos te mantendrán al tanto de cualquier novedad que pueda afectar a tu examen (por ejemplo, “este año en tal comunidad han empezado a pedir tal enfoque en los supuestos…”). Irás un paso adelante gracias a esa información privilegiada.


Por supuesto, también hay que considerar factores como el coste económico, o encontrar un preparador con el que conectes bien. Si te lo planteas, investiga opciones: pide referencias de otros opositores, incluso puedes probar clases sueltas antes de decidir. Un preparador no hace la oposición por ti (el trabajo principal sigue siendo tuyo), pero sí puede marcar la diferencia entre quedarte en una nota media o escalar a una nota de plaza.

Y si ahora mismo no te es posible contar con uno, ¡no pasa nada! Sigue estas estrategias, busca apoyo en compañeros, y mantente cerca de comunidades online o blogs (por ejemplo, suscribiéndote a este blog donde regularmente compartimos consejos, novedades normativas y más recursos). Lo importante es que no te sientas aislada: hoy día hay muchas formas de encontrar orientación extra.


En definitiva, invertir en una buena preparación (sea con preparador, academia, o material autodidacta de calidad) es invertir en tu futuro. Valora tus necesidades y, si puedes, no dudes en contactar con un especialista que te lleve de la mano en los temas más complejos. Cada euro y cada hora invertidos en prepararte son una apuesta hacia ese sueño de ser maestra de Infantil. ¡Tú decides cómo recorrer el camino, pero recuerda que no tienes por qué recorrerlo sola! 🤝


Preguntas frecuentes sobre supuestos prácticos en Educación Infantil


Q1: ¿Cuánto tiempo suelen dar para resolver el supuesto práctico en el examen?A1: Depende de la convocatoria de cada Comunidad Autónoma, pero generalmente la prueba práctica forma parte de la primera prueba de la oposición y comparte tiempo con el tema escrito. Suele haber entre 1 hora y media a 2 horas y media para el supuesto práctico, aunque en algunas comunidades lo fijan en un tiempo concreto (por ejemplo, 2 horas). Es crucial leer la convocatoria específica: ahí dirá la duración exacta. Por ejemplo, en Andalucía 2022 dieron 2 horas para el caso práctico. ¡Infórmate en la convocatoria oficial de tu CCAA y practica ajustándote a ese tiempo!

Q2: ¿Se puede elegir el supuesto práctico o es uno único obligatorio?A2: Normalmente, el tribunal ofrece uno o varios supuestos a elegir. En muchas oposiciones de Infantil presentan 3 supuestos prácticos distintos (por ejemplo: uno de adaptación, otro de diversidad, otro de programación de aula) y el aspirante escoge uno para desarrollar. Sin embargo, esto también varía: podría ser solo un caso obligatorio. La normativa nacional (RD 276/2007) sugiere que la parte práctica puede componerse de varios supuestos a elegir uno, pero siempre verifica las bases de tu oposición, porque cada comunidad define su formato.

Q3: ¿Cuántas páginas debe tener mi respuesta aproximadamente?A3: No hay una extensión fija, pero por experiencias suele rondar entre 4 y 8 páginas manuscritas (unas 1200-2000 palabras). Lo importante es calidad sobre cantidad. Un supuesto de 5 páginas muy bien resuelto vale más que uno de 8 páginas lleno de paja. Dicho esto, evita ser demasiado breve; difícilmente en menos de 3-4 páginas responderás todo con suficiente desarrollo. Tampoco te extiendas mucho más allá de lo que te da tiempo a escribir con buena letra en el tiempo asignado. Entrena para escribir de forma ágil pero legible y lograr profundidad sin enrollarte. Si entregan folios pautados oficiales, úsalos todos si puedes, pero sin rellenar por rellenar.

Q4: ¿Es necesario memorizar artículos de leyes para citarlos textualmente?A4: No es obligatorio citar número de artículo, pero sí recomendable referir la normativa por nombre y contenido. Por ejemplo, puedes decir: “de acuerdo con la Ley Orgánica 3/2020, de Educación (LOMLOE)…” o “según el Decreto X/20XX que establece el currículo de Infantil en mi comunidad…”. No hace falta poner “Artículo 10, apartado 3…”, a menos que lo recuerdes y venga al caso. El tribunal no va a comprobar coma por coma la cita; lo que valoran es que conoces el marco legal. Así que memoriza los puntos clave de las normativas (qué dicen, no necesariamente el número). Un buen truco es aprenderte algunas frases literales cortas de la ley que puedas insertar. Pero si no la recuerdas exacta, parafrasea. Por ejemplo: “la normativa vigente señala que la atención a la diversidad debe regirse por los principios de inclusión y normalización”. Se entiende la idea legal aunque no pongas el número de artículo.

Q5: ¿Puedo llevar material de consulta (legislación, apuntes) al examen práctico?A5: En la mayoría de los casos, no está permitido llevar ningún material. Los supuestos prácticos se realizan “a puerta cerrada” y debes confiar en lo que tienes en la cabeza. Hay excepciones: algunas convocatorias han permitido llevar textos legales sin anotaciones (por ejemplo, el BOE de la ley educativa) para consulta. Pero esto es poco frecuente y estaría especificado en la convocatoria si fuera así. Lo común es que todo sea de memoria: normativa, teorías, etc. Por eso es vital integrar en tu estudio el repaso legislativo y practicar citar de memoria. Si te preocupa olvidar algo, en tu planificación del supuesto en sucio apunta las siglas o puntos legales en una esquina para no dejarlos fuera. En resumen: asume que no podrás consultar nada externo en pleno examen, a menos que tu comunidad expresamente lo autorice (¡lee las bases!).

Q6: ¿Qué pasa si no termino de escribir el supuesto práctico a tiempo o me dejo algo sin responder?A6: Si no logras terminar, intenta al menos esquematizar las ideas finales en los últimos minutos. Es decir, mejor entregar un apartado final en forma de viñetas telegráficas que dejarlo totalmente en blanco. El tribunal valorará que hayas apuntado aunque sea en bruto tus propuestas. Sin embargo, una parte no respondida formalmente sí penaliza, ya que la evaluación busca que hayas abordado todo. En algunos tribunales, dejar cuestiones sin responder puede implicar que te den por no apto ese supuesto dependiendo de la importancia de lo omitido. Por eso, la gestión del tiempo es crítica. Si te das cuenta de que queda poco y falta contenido, prioriza escribir aunque sea las ideas principales de lo pendiente. Y en la preparación, trabaja mucho el timing para que esto no ocurra el día real.

Q7: ¿Cómo puedo destacar si todos los opositores estudiamos lo mismo y damos respuestas parecidas?A7: Aunque todos tengan acceso a la misma teoría, tu toque personal cuenta. Puedes destacar por:

  • Una mejor estructura (facilitas la corrección).

  • Detalles originales en tu propuesta (actividades creativas, referencias actuales, algo que muestre reflexión propia).

  • Un enfoque integral (muchos se centran solo en el aula; si tú mencionas también la colaboración con familias, la evaluación posterior, etc., tu respuesta será más completa).

  • Mostrar pasión y vocación, incluso en un escrito técnico se percibe cuando alguien realmente se preocupa por el alumnado.

  • Evitar los errores comunes que otros cometerán (los que hemos descrito antes).En definitiva, la diferencia está en los detalles y en la claridad. No temas que “todos escribirán lo mismo”; siempre hay variaciones. Si tú preparas bien tus estrategias y vas con confianza, tu examen destacará naturalmente. Y además, recuerda: no compites directamente contra todos, solo necesitas estar por encima del corte y de un número X de plazas. Concéntrate en hacer tu mejor papel, más que en comparar lo que harán los demás.


Llegando al final de este extenso viaje teórico-práctico, esperamos que ahora te sientas más preparada y animada para enfrentarte a los supuestos prácticos de tu oposición de Educación Infantil. Hemos repasado desde la estructura y las técnicas formativas, hasta los consejos motivacionales más sinceros. ¿La conclusión? La práctica constante y estratégica es la clave para dominar los supuestos prácticos. No hay atajos mágicos: cuanto más supuestos resuelvas, analices y mejores, más brillarás el día del examen. Aplica las estrategias que has aprendido: lee con calma, planifica tu respuesta, cita la normativa, fundamenta con pedagogía, atiende a la diversidad, propone soluciones creativas y cierra con buen broche. Evita los errores en los que otros tropiezan y mantén siempre presente tu vocación docente como guía.


También hemos visto que la motivación y la confianza en ti misma juegan un papel enorme. Cree en tus posibilidades. Cada supuesto que practicas es un paso más hacia tu meta, cada error corregido es un aprendizaje valioso. Rodéate de apoyo, utiliza los recursos a tu alcance y no dudes en pedir ayuda a preparadores o compañeros si lo necesitas. ¡No estás sola en esto!


En definitiva, destacar en la resolución de supuestos prácticos es un reto, sí, pero no es un misterio insondable. Es algo que puedes conseguir con método, trabajo y pasión. Imagina el día de tu examen: sabrás identificar qué quiere el tribunal, responderás con seguridad citando esa ley que memorizaste, propondrás actividades que casi puedes ver en tu mente con tus futuros alumnos... y al poner el punto final de tu conclusión sentirás que lo has dado todo. Esa satisfacción no tiene precio.


Ahora, te invitamos a pasar a la acción: pon en práctica estos consejos en tu próximo simulacro, comparte tus progresos con la comunidad (¡déjanos un comentario con tus dudas o experiencias, nos encantará leerte!), y sobre todo sigue adelante.



Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si nos permites, queremos presentarte nuestros excepcionales materiales de oposiciones para aspirantes a maestros y maestras de Infantil. Estos materiales, actualizados según la normativa vigente (LOMLOE y RD 95/2022 de Infantil), basados en enfoques actuales como la neurociencia, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), incluyen: Los 25 temas completamente desarrollados y resumidos, con una guía de estudio de cada tema,  en formato de texto y narrados (en formato de estudio y formato de Podcast). Programaciones, Unidades didácticas y Situaciones de aprendizaje innovadoras. Una amplia variedad de casos prácticos resueltos.. Valiosos consejos estratégicos para superar las pruebas con éxito, etc. 📚✨ Haz clic en la imagen y accede a todo nuestro contenido. ¡Estamos comprometidos en ayudarte a conseguir tu plaza con herramientas innovadoras y eficaces! 🎯💪



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