Cómo Justificar tu Modelo Didáctico ante el Tribunal de Oposiciones
- OPOSICIONES INFANTIL
- 26 sept
- 7 Min. de lectura

¡Hola, futuro/a maestro/a! Sé que estás inmerso/a en un mar de temarios, legislación y supuestos prácticos. En este camino de la oposición, hay conceptos que pueden parecer abstractos, pero que, en realidad, son el cimiento sobre el que construirás tu éxito. Uno de ellos, quizás el más importante, es el modelo didáctico.
En este artículo, vamos a desgranar los modelos didácticos de una forma clara y directa, basándonos en el análisis de expertos como Francisco F. García Pérez. No solo entenderás la teoría, sino que descubrirás cómo aplicarla para que tu propuesta brille y te acerque a esa plaza que tanto mereces. ¡Vamos allá!
¿Qué es un Modelo Didáctico y por qué es tu Arma Secreta en la Oposición?
Un modelo didáctico no es más que un "mapa" que guía todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es una herramienta que nos ayuda a analizar la compleja realidad del aula y a intervenir en ella de forma fundamentada. En tu oposición, este "mapa" le mostrará al tribunal que no dejas nada al azar.
Piensa en estas preguntas:
¿Para qué enseñas? (Tus metas, la finalidad de tu propuesta).
¿Qué enseñas? (Tus contenidos, cómo los seleccionas y organizas).
¿Cómo enseñas? (Tu metodología, las actividades que propones).
¿Qué, cómo y cuándo evalúas? (Tu sistema de evaluación).
La respuesta coherente a todas estas preguntas la proporciona tu modelo didáctico. Es el hilo conductor que une cada elemento de tu programación, desde la fundamentación teórica hasta el diseño de la última actividad.
Los Modelos Didácticos a Examen: Un Recorrido Clave para tu Preparación
Para poder defender tu propio enfoque, primero debes conocer el terreno. El autor Francisco F. García Pérez, basándose en el trabajo del Proyecto IRES, nos ofrece una clasificación clara que es oro puro para cualquier opositor. Vamos a analizarla.
1. El Modelo Didáctico Tradicional: La Base que Debes Conocer (y Superar)
Este es el modelo del que, en mayor o menor medida, todos hemos sido "víctimas" alguna vez. Su principal objetivo es claro: formar a los alumnos transmitiéndoles los conocimientos fundamentales de la cultura vigente.
¿Para qué enseñar? Para transmitir un cúmulo de información cultural. La obsesión aquí son los contenidos.
¿Qué enseñar? Un resumen del saber de las disciplinas (lengua, matemáticas, etc.), presentado de forma fragmentada y acumulativa. No se tienen en cuenta las ideas previas ni los intereses de los niños.
¿Cómo enseñar? Mediante la exposición del profesor. El alumno es un receptor pasivo que escucha, memoriza y reproduce en un examen. El libro de texto es el recurso fundamental.
¿Cómo evaluar? A través de exámenes centrados en ver si el alumno "recuerda" y reproduce la información transmitida.
💡 Tip para tu Oposición: Aunque este modelo está superado, especialmente en Educación Infantil, debes conocerlo. ¿Por qué? Para poder criticarlo con fundamento en tu programación y justificar por qué tu propuesta se aleja de él, apostando por un enfoque activo, significativo y centrado en el niño.
2. El Modelo Didáctico Tecnológico: En Busca de la "Eficiencia"
Este modelo surge como un intento de modernizar el enfoque tradicional, buscando una mayor "eficiencia" en la enseñanza. Su base es conductista y su foco está en los resultados observables.
¿Para qué enseñar? Para lograr una formación "moderna" y eficaz, centrada en el logro de objetivos de aprendizaje previamente definidos. Se basa en una programación muy detallada.
¿Qué enseñar? Contenidos disciplinares actualizados, pero también da importancia a las destrezas y habilidades. Las ideas de los alumnos a veces se consideran, pero como "errores" que hay que corregir y sustituir.
¿Cómo enseñar? Con una metodología muy dirigida por el profesor a través de secuencias de actividades cerradas y programadas por expertos. Se combina la exposición con ejercicios prácticos muy específicos.
¿Cómo evaluar? Midiendo de forma detallada los aprendizajes en términos de conductas observables. Se usan tests y pruebas específicas para comprobar si se han alcanzado los objetivos.
💡 Tip para tu Oposición: Este modelo aporta la idea de programación y la importancia de los objetivos, algo que la legislación actual nos exige. Sin embargo, su rigidez y su visión del alumno como un mero "ejecutor" de tareas chocan frontalmente con los principios de la Educación Infantil, que buscan el desarrollo integral y la autonomía.
3. El Modelo Didáctico Espontaneísta-Activista: El Niño como Protagonista
Aquí damos un giro de 180 grados. Este modelo es una reacción al tradicionalismo y pone al niño, sus intereses y su acción en el centro de todo.
¿Para qué enseñar? Para educar al alumno a partir de la realidad que le rodea, de sus intereses y experiencias directas.
¿Qué enseñar? Los contenidos que surgen del entorno y de los intereses inmediatos de los alumnos. Se da mucha más importancia a las destrezas (aprender a observar, a buscar...) y a las actitudes (curiosidad, cooperación) que a los conceptos.
¿Cómo enseñar? A través del descubrimiento espontáneo. La metodología se basa en actividades muy abiertas, flexibles y poco programadas, donde el alumno es el protagonista y el docente un mero facilitador o "líder afectivo" que no interviene directamente.
¿Cómo evaluar? Se centra en el proceso, observando directamente las destrezas y actitudes del alumnado en acción. A menudo, la evaluación no es muy sistemática.
💡 Tip para tu Oposición: Este modelo conecta de maravilla con los principios de la Educación Infantil: el paidocentrismo, la importancia del juego, el aprendizaje por descubrimiento... Sin embargo, su punto débil es su "idealismo". Dejar todo al desarrollo espontáneo puede aumentar las desigualdades de origen. El currículo oficial nos marca unos saberes básicos que debemos garantizar. La clave está en encontrar el equilibrio.
El Modelo Alternativo o de Investigación en la Escuela: La Propuesta que te Hará Brillar
Llegamos a la joya de la corona. Este modelo, también llamado "Modelo de Investigación en la Escuela", integra lo mejor de los enfoques anteriores y los supera. No es espontaneísmo ingenuo ni tecnicismo rígido. Es una propuesta equilibrada, potente y perfectamente alineada con lo que se espera de un maestro del siglo XXI. Su finalidad es el enriquecimiento progresivo del conocimiento del alumno, llevándolo hacia una visión del mundo más compleja y crítica que le permita actuar en él de forma responsable.
¿En qué consiste este modelo?
¿Para qué enseñar? Para que el alumno construya y reconstruya su conocimiento, avanzando hacia una comprensión más rica y compleja de la realidad.
¿Qué enseñar? Un "conocimiento escolar" integrado y relevante. ¿Y esto qué significa? Que no solo se basa en las disciplinas científicas, sino que también integra: Las ideas y los intereses de los propios alumnos. Los problemas sociales y ambientales del mundo real. El conocimiento cotidiano.
¿Cómo enseñar? Aquí está la magia: la metodología se concibe como una "investigación escolar". El aprendizaje se estructura en torno a problemas o retos de conocimiento. El alumno, con la ayuda activa del profesor, investiga para encontrar respuestas, construyendo así su propio aprendizaje. El docente no es un mero expositor ni un simple acompañante; es un coordinador de procesos y un investigador en su propia aula.
¿Cómo evaluar? La evaluación es un proceso de investigación en sí misma. No se evalúa solo al alumno, sino todo el proceso: la evolución de las ideas de los niños, la propia práctica docente y el funcionamiento del proyecto. Se utilizan múltiples instrumentos (diario del profesor, producciones de los alumnos, observaciones...).
Tabla Comparativa de Modelos Didácticos
Para que lo veas todo de un vistazo, aquí tienes una tabla resumen basada en la elaborada por F. F. García Pérez.
Dimensión Analizada | Modelo Tradicional | Modelo Tecnológico | Modelo Espontaneísta-Activista | Modelo Alternativo (Investigación en la Escuela) |
¿Para qué enseñar? | Proporcionar informaciones de la cultura vigente. Obsesión por los contenidos. | Proporcionar una formación "moderna" y "eficaz". Obsesión por los objetivos. | Educar al alumno en contacto con la realidad inmediata, partiendo de sus intereses. | Enriquecer el conocimiento del alumno hacia modelos más complejos y críticos para entender y actuar en el mundo. |
¿Qué enseñar? | Síntesis del saber disciplinar. No se consideran las ideas o intereses de los alumnos. | Saberes disciplinares actualizados y destrezas. Las ideas de los alumnos son "errores" a sustituir. | Contenidos presentes en la realidad inmediata. Se priorizan destrezas y actitudes sobre conceptos. Se parte de los intereses. | Conocimiento "escolar" que integra referentes disciplinares, cotidianos y problemas sociales. Se tienen en cuenta las ideas e intereses de los alumnos como punto de partida. |
¿Cómo enseñar? | Metodología basada en la transmisión del profesor. Alumno pasivo. | Secuencias de descubrimiento dirigido. Alumno como ejecutor de tareas programadas. | Metodología basada en el descubrimiento espontáneo. Protagonismo del alumno, profesor no directivo. | Metodología basada en la investigación escolar del alumno en torno a problemas. Alumno como constructor de su conocimiento y profesor como coordinador. |
¿Cómo evaluar? | Centrada en recordar y reproducir contenidos mediante exámenes. | Centrada en la medición de productos y conductas observables mediante tests. | Centrada en destrezas y actitudes, a través de la observación directa. | Proceso de investigación continuo sobre la evolución del conocimiento del alumno, la práctica docente y el proyecto. Usa diversidad de instrumentos. |
Conclusión: Define tu Modelo y Conquista al Tribunal
Como has visto, los modelos didácticos no son etiquetas vacías. Son la base de toda tu propuesta pedagógica. Mientras que los modelos tradicional y tecnológico se quedan cortos para la realidad de un aula de Infantil, y el espontaneísta peca de ingenuidad, el Modelo de Investigación en la Escuela emerge como la opción más completa, reflexiva y potente.
Adoptar este modelo en tu programación te permitirá:
Justificar un enfoque globalizador e interdisciplinar, partiendo de problemas o centros de interés relevantes.
Diseñar situaciones de aprendizaje donde tus alumnos sean verdaderos protagonistas activos.
Defender un sistema de evaluación formativa y continua que vaya más allá de la simple calificación.
Presentarte ante el tribunal como un docente reflexivo, crítico y actualizado, que no se limita a aplicar recetas, sino que investiga y transforma la realidad de su aula.
Ahora es tu turno. Reflexiona sobre estos modelos, profundiza en el que más te convenza y empieza a construir una programación didáctica que no solo cumpla con los requisitos, sino que inspire. ¿Y tú? ¿Con qué modelo didáctico te identificas más para tu aula de Infantil? ¡Te leo en los comentarios!
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