Cómo adaptar un cuento clásico a una unidad didáctica innovadora
- OPOSICIONES INFANTIL

- 21 jul
- 25 Min. de lectura

Los cuentos clásicos han fascinado a generaciones de niños, y en Educación Infantil son un recurso didáctico invaluable. Sin embargo, en las oposiciones docentes actuales ya no basta con narrar una historia tradicional tal cual: se espera que el aspirante demuestre originalidad pedagógica. ¿Cómo adaptar un cuento clásico a una unidad didáctica innovadora y lograr sorprender al tribunal? En este artículo exploraremos paso a paso cómo convertir un cuento de toda la vida en el hilo conductor de una propuesta educativa creativa, inclusiva y alineada con la normativa vigente. Comenzaremos viendo por qué los cuentos tradicionales siguen siendo relevantes (y polémicos) en el aula actual, luego definiremos qué hace innovadora a una unidad didáctica, y finalmente describiremos una metodología para adaptar el relato integrando actividades originales, valores actuales y estrategias educativas modernas. Si estás preparando las oposiciones de Educación Infantil y quieres que tu unidad didáctica destaque con luz propia, sigue leyendo: descubrirás técnicas de diseño instruccional y consejos prácticos basados en la experiencia de preparadores y el rigor académico. ¡Tu próximo éxito en la defensa oral puede comenzar con “Érase una vez...”!
¿Por qué usar cuentos clásicos en una unidad didáctica innovadora?
Los cuentos tradicionales (Caperucita Roja, Los tres cerditos, Blancanieves, etc.) forman parte del imaginario infantil colectivo y poseen un poderoso atractivo. Utilizarlos como base de una unidad didáctica tiene múltiples ventajas educativas:
Conexión emocional y motivación: Las narrativas despiertan la curiosidad natural de los niños y conectan con sus emociones. Un cuento bien contado puede captar la atención del alumnado de 3-6 años mejor que cualquier explicación abstracta. Al adaptar un cuento clásico, aprovechamos personajes y tramas ya conocidas o cautivadoras para introducir nuevos aprendizajes de forma lúdica.
Desarrollo integral: Los cuentos aportan un contexto globalizado donde se pueden trabajar todas las áreas de Educación Infantil (lenguaje, pensamiento lógico, artístico, motor, socio-emocional). Por ejemplo, a partir de “El patito feo” es posible estimular el lenguaje oral (al narrar y conversar sobre la historia), la expresión artística (dibujando patitos), la psicomotricidad (juegos de movimiento imitando a patos) y sobre todo la inteligencia emocional (trabajando la autoestima y la empatía). Un cuento actúa como hilo conductor integrador de diversos contenidos.
Transmisión de valores y pensamiento crítico: Muchos cuentos tradicionales encierran valores universales (amistad, valentía, generosidad) pero también reflejan estereotipos de otras épocas. Adaptarlos ofrece la oportunidad de educar en valores actuales: podemos resaltar mensajes positivos (cooperación, diversidad, igualdad de género) y al mismo tiempo enseñar a los niños a reflexionar sobre el cuento. Por ejemplo, ¿por qué Cenicienta esperaba pasiva ser rescatada? ¿Y si reescribimos juntos un final alternativo donde ella toma la iniciativa? Estas actividades fomentan la lectura crítica incluso desde Infantil.
Familiaridad que facilita el aprendizaje: Al basarse en relatos populares, los niños parten de algo que les resulta cercano. Esta familiaridad proporciona seguridad y confianza para participar. Un alumno tímido puede animarse a hablar si se trata de Los tres cerditos, un cuento que quizá ha escuchado en casa. Desde esa base conocida, es más fácil incorporar novedades e innovación didáctica sin perder la atención del grupo.
Los cuentos clásicos combinan el poder de la fantasía y la tradición con un enorme potencial educativo. Bien adaptados, se convierten en vehículos para aprendizajes significativos y motivadores. A continuación, veremos cómo aprovecharlos de forma innovadora, pero antes conviene aclarar qué entendemos por unidad didáctica innovadora en el contexto de las oposiciones de Infantil.
¿Qué hace innovadora a una unidad didáctica en Educación Infantil?
En oposiciones, se habla mucho de presentar unidades didácticas originales e innovadoras. Pero ¿en qué consiste realmente la innovación educativa en una programación de Infantil? Más allá de ideas llamativas, una unidad didáctica innovadora se caracteriza por ciertos elementos clave:
Metodologías activas y centradas en el alumno: La innovación implica abandonar la clase magistral tradicional y diseñar experiencias donde los niños sean agentes de su propio aprendizaje. Metodologías como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje basado en el juego o la gamificación son bien valoradas. Por ejemplo, en lugar de “dar” el cuento ya cerrado, se puede plantear un proyecto donde los alumnos deban investigar y recrear el cuento, o resolver un problema inspirado en él. El ABP propone exactamente eso: que los estudiantes trabajen colaborativamente en tareas significativas para obtener un producto final (un cuento reescrito, una maqueta, una representación teatral, etc.) Esto les da un rol activo y aumenta su motivación. Una unidad innovadora también puede incorporar rincones de actividad o talleres donde los niños eligen diferentes propuestas relacionadas con el relato (el rincón de los disfraces para dramatizar, el rincón científico para experimentar con elementos del cuento, etc.), fomentando la autonomía.
Globalización de contenidos: La tendencia actual, reforzada por la LOMLOE, es trabajar de forma integrada las distintas áreas de aprendizaje en Infantil. Las tradicionales “unidades didácticas” se están transformando en situaciones de aprendizaje globalizadas, es decir, contextos significativos (como un cuento, un proyecto, una situación real) que engloban aprendizajes de lenguaje, matemáticas, medio natural, arte, etc., de manera interrelacionada . Una unidad didáctica innovadora con un cuento clásico como eje debe articular actividades en las que, a través de la historia, se movilicen conocimientos y competencias de diversas áreas. Por ejemplo, con Caperucita Roja se puede incluir: conteo de objetos en la cesta (matemáticas), identificación de elementos del bosque (conocimiento del entorno), canciones sobre el lobo (música), juegos dramáticos (educación física y expresión corporal) y diálogo sobre las emociones de los personajes (educación emocional y lenguaje).
Incorporación de las TIC de forma apropiada: La innovación a menudo supone integrar tecnología educativa también en Infantil, siempre de forma dosificada y adecuada a la edad. Por ejemplo, usar un cuento digital interactivo en la PDI (pizarra digital) para narrar la historia con animaciones, hacer videollamadas con “personajes sorpresa” (un familiar disfrazado del lobo narrando su versión del cuento), o utilizar aplicaciones sencillas para dibujar personajes. Las herramientas digitales bien empleadas captan la atención y ofrecen formas multisensoriales de aprender. Eso sí, deben ser seguras y acompañadas siempre por el docente.
Enfoque inclusivo y personalizado: Una unidad innovadora atiende a la diversidad del alumnado desde la fase de planificación. Aquí entra en juego el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA). Este modelo pedagógico propone eliminar barreras ofreciendo múltiples formas de representación, expresión e implicación en las actividades . En la práctica, significa que nuestras actividades inspiradas en el cuento deben presentarse con diferentes apoyos (imágenes, audio, manipulación) para que todos los niños las comprendan; asimismo permitir distintas formas de participación y de demostrar lo aprendido (hablar, dibujar, actuar, construir, etc.), adaptándose a las capacidades e intereses individuales. Por ejemplo, a la hora de “contar” el final alternativo de un cuento, un niño podría narrarlo oralmente, otro hacer un dibujo, otro dramatizarlo con marionetas... Todos llegan al objetivo por diferentes caminos. También implica prever medidas para alumnado con necesidades educativas especiales: usar pictogramas si hay niños con TEA, adaptar el vocabulario si hay niños con dificultades de lenguaje, etc. La inclusión y la equidad son pilares de la innovación educativa actual.
Vinculación con el currículo y competencias clave: La originalidad nunca debe estar reñida con la rigurosidad curricular. De hecho, una propuesta innovadora destaca si demuestra que el opositor domina el currículo vigente (LOMLOE, Real Decreto 95/2022 en el caso de Infantil) y sabe aplicarlo de forma creativa. Esto supone que la unidad didáctica basada en un cuento tendrá claramente identificados los objetivos de etapa que trabaja, las competencias clave que desarrolla (comunicación lingüística, social y cívica, aprender a aprender, iniciativa y espíritu emprendedor, conciencia cultural, etc.) y los saberes básicos o contenidos oficiales que aborda. La innovación está en cómo se enseñan, pero qué se enseña sigue guiado por el currículo. Por ejemplo, si a través de “Juan y las habichuelas mágicas” queremos trabajar la competencia matemática, lo explicitaremos: “clasificar elementos según tamaño”, “seriar habichuelas por colores” pueden ser contenidos a incluir, aunque la actividad sea un juego mágico de plantar habas imaginarias. Esta coherencia curriculum-metodología es algo que el tribunal valora enormemente. Menciona siempre la normativa aplicable (por ejemplo, “unidad didáctica de acuerdo con LOMLOE y el RD 95/2022 de enseñanzas mínimas”) e incluye la terminología oficial (objetivos de aprendizaje, competencias específicas, criterios de evaluación) para darle solidez a tu propuesta.
Una unidad didáctica innovadora en Educación Infantil es aquella que combina creatividad y pedagogía avanzada sin perder la esencia educativa. Es globalizada, activa, inclusiva, fundamentada en el currículo y, por supuesto, pensada para ilusionar a los niños. Con estas ideas claras, pasemos al núcleo: ¿cómo adaptar concretamente un cuento clásico siguiendo estas pautas para diseñar nuestra unidad?
Pasos para adaptar un cuento clásico a una unidad didáctica innovadora
A continuación, desglosamos un método en varios pasos prácticos para transformar un cuento tradicional en el centro de una unidad didáctica fresca y original. Puedes seguir este proceso para casi cualquier relato, ajustándolo a la edad de tus alumnos y al enfoque que desees dar.
1. Selección del cuento y análisis previo
El primer paso es elegir el cuento adecuado en función del grupo de alumnos (edad, intereses) y de los objetivos que buscas. Algunos criterios a considerar:
Adecuación a la etapa evolutiva: No todos los cuentos valen para todas las edades. Para niños de 3 años convienen cuentos muy sencillos, repetitivos y con mucho apoyo visual; para 5 años puedes usar tramas más largas o con moraleja más compleja. Pregúntate si el lenguaje del cuento es comprensible para tu grupo y si la duración de la historia se ajusta a su capacidad de atención. Siempre es posible simplificar o resumir un cuento extenso para adaptarlo a Infantil.
Potencial didáctico: Analiza qué temas, valores o contenidos ofrece el cuento. Por ejemplo, Los tres cerditos permite trabajar cooperación, perseverancia y también contenidos de ciencias (los materiales de construcción); Caperucita Roja toca el tema de la desobediencia y la seguridad con extraños, además del entorno natural del bosque; El mago de Oz (aunque no es folclore tradicional, es un clásico) potencia la amistad, la superación personal y puede enlazar con conocimientos sobre clima (el tornado), geografía imaginaria, etc. Un cuento con riqueza simbólica o con un problema a resolver suele brindar más juego para diseñar actividades. También fíjate si tiene personajes atractivos que inviten a dramatizar o escenarios que puedas recrear en el aula.
Valores y enfoque actual: Revisa el cuento con ojos críticos. ¿Presenta estereotipos anticuados de género, violencia gratuita, discriminación? Muchos clásicos los tienen (princesas indefensas, castigos crueles...). Decide cómo lo abordarás: puedes adaptar la historia para eliminar o matizar esos aspectos, o mantenerla para luego trabajar una reflexión crítica con los niños. Ambas vías son válidas. Por ejemplo, quizá optes por contar Blancanieves sin la escena violenta del cazador, o recalcarás que hoy las princesas también son valientes y no siempre esperan príncipes (incluso podrías introducir un personaje nuevo, como una amiga aventurera que ayuda a Blancanieves). Lo importante es que tengas claridad sobre el mensaje que quieres transmitir. Cada vez más docentes actualizan los roles de los cuentos o al menos los usan para promover debates sobre igualdad . Nuestra unidad innovadora debe ser sensible a estos temas.
Interés del alumnado: Ten en cuenta los gustos de los niños. Si a tu clase le encantan los cuentos de animales, quizás El flautista de Hamelín no enganche tanto como El gato con botas. Si están en la edad de los superhéroes y princesas, un giro de tuerca a un cuento de princesas puede entusiasmarles (ej.: “Las princesas también son valientes”, como una unidad didáctica que rompa estereotipos de género a través de varios cuentos de princesas). En definitiva, elige un cuento que ilusione tanto a ti como docente-creador, como a los pequeños destinatarios.
Una vez seleccionado el cuento clásico, léelo con detenimiento y desmenuza sus elementos clave: personajes, argumento, escenarios, conflicto, desenlace. Anota todas las ideas de aprendizaje que se te ocurran vinculadas a cada elemento. Esta fase de brainstorming te dará la materia prima para el diseño de actividades. Por ejemplo: si el personaje es un lobo (Caperucita, los cerditos), puede inspirar actividades sobre animales del bosque, sobre expresión corporal (aullidos, movimientos), sobre gestión del miedo, etc. Si el escenario es un castillo (princesas), ahí tienes pie para hablar de la vida en la época medieval, o hacer un proyecto de construir un castillo con material reciclado. Extrae todo el jugo pedagógico del cuento original antes de modificar nada.
2. Definición de objetivos y competencias a desarrollar
Ahora aterriza tus intenciones educativas: ¿qué van a aprender los niños con este cuento adaptado? Define los objetivos de aprendizaje de tu unidad didáctica. Estos deben ser coherentes con el currículo oficial y redactarse en términos claros, medibles y adecuados a Infantil. Por ejemplo, objetivos podrían ser: “Desarrollar la imaginación y la expresión oral inventando finales de cuento”, “Iniciarse en el conteo realizando clasificaciones de objetos del relato (3 casas, 7 enanitos, etc.)”, “Fomentar valores de amistad y trabajo en equipo a través de actividades cooperativas basadas en el cuento”, “Ampliar el vocabulario relacionado con X (bosque, familia, emociones...)”.
Por cada objetivo, piensa qué competencia clave está asociada. En LOMLOE, desde Infantil se trabajan competencias como la comunicación lingüística, la conciencia cultural, la personal-social, aprender a aprender, etc. Un mismo cuento puede tocar varias competencias: con El gigante egoísta podrías trabajar la competencia social (aprender a compartir), la competencia lingüística (escuchar y narrar cuentos), la competencia artística (crear un jardín en clase). Anota también algunos criterios de evaluación alineados con esos objetivos, que luego te servirán para la evaluación (por ej.: “participa activamente en la narración grupal”, “clasifica correctamente objetos por tamaño”, “muestra actitudes de ayuda hacia sus compañeros en el juego de roles”).
Este paso es importante porque una unidad innovadora no consiste en hacer mil actividades “porque sí”, sino en tener un propósito formativo claro detrás de cada dinámica divertida. Al definir objetivos y competencias primero, te aseguras de que toda la adaptación del cuento estará enfocada a lograrlos. Además, esto impresionará al tribunal: demostrarás que tu creatividad está respaldada por intención pedagógica y conocimiento del currículo.
3. Diseño de actividades creativas basadas en el cuento
Llegamos al corazón de la adaptación: las actividades didácticas. Aquí es donde conviertes el cuento clásico en experiencias de aprendizaje innovadoras. Conviene organizar las actividades siguiendo una secuencia temporal (inicio, desarrollo, cierre) y metodológica (de más dirigidas a más libres, de individuales a grupales, etc.). Presentamos a continuación ideas de actividades en distintas categorías, que puedes combinar según tu cuento y objetivos:
Actividad de motivación o introducción: Comienza tu unidad sumergiendo a los niños en el mundo del cuento de forma sorprendente. La primera sesión debe ser muy motivadora. Por ejemplo:
Cuentacuentos teatralizado: Prepara una narración interactiva del cuento original utilizando recursos expresivos: disfraces, marionetas, sonidos, luces… Convierte la clase en el escenario del cuento (si es el bosque, decora con hojas y sonidos de pájaros). Los niños pueden participar haciendo gestos o repitiendo frases clave. Esta vivencia inicial despierta su imaginación y ganas de saber más.
Mensaje misterioso: Presenta una carta, cofre o vídeo enviado “por un personaje” del cuento pidiendo ayuda. Ej.: llega una carta del Hada Madrina diciendo: “¡Ayuda! Cenicienta no quiere ir al baile, ¿qué podemos hacer?”. Así creas un reto o problema a resolver (propio de una situación de aprendizaje) que guiará toda la unidad. Los niños se motivan muchísimo cuando se les involucra como protagonistas que ayudarán a los personajes.
Maleta viajera del cuento: Muestra una maleta o caja llena de objetos relacionados con la historia (ej.: una capa roja, una manzana, un ladrillo, etc.) y juega a adivinar de qué cuento se trata. Cada objeto puede generar conversación y anticipación sobre lo que ocurrirá en la unidad.
Actividades de desarrollo (centrales): Son el grueso de la unidad, donde trabajas los contenidos y competencias a través de la historia. Deben ser variadas, lúdicas e integradoras. Algunas ideas:
Dramatizaciones y juego simbólico: Propuesta infaltable. Permite que los niños vivan el cuento asumiendo roles. Puedes organizar un teatro de marionetas donde ellos manejen los personajes y reinventen los diálogos; un juego de rol donde cada niño representa a un personaje (incluso intercambiando géneros: que un niño sea Caperucita y una niña el lobo, para romper moldes); o una psicomotricidad dramatizada, lo que algunos llaman “cuento motor”: ambienta el espacio y guía a los peques a moverse siguiendo la trama (saltar ríos, trepar al árbol como en Jack y las habichuelas, correr del lobo, dormir como Bella Durmiente hasta oír una palabra mágica, etc.). Este tipo de actividad desarrolla la expresión corporal, la creatividad y la comprensión secuencial del relato.
Lectura e invención de finales alternativos: Tras conocer el cuento original, plantea actividades de lenguaje donde los niños ejerciten su imaginación. Por ejemplo, en asamblea pregunta: “¿Y si cambiamos el final? ¿Qué pasaría si... (el lobo de los cerditos se hiciera amigo de ellos)?”. Pueden dibujar ese final alternativo en viñetas, dictártelo para que tú lo escribas en papel continuo (creando entre todos un “cuento reinventado”), o grabar un pequeño audio/vídeo contando la nueva versión. También pueden cambiar elementos: “¿Y si Caperucita fuera un niño y el lobo una loba? ¿Cambiaría la historia?”unir.net. Estas actividades fomentan la expresión oral, la escucha, la lógica narrativa y el pensamiento crítico sobre roles.
Taller artístico y sensorial: Los cuentos ofrecen rica materia para artes plásticas, música y sensorialidad. Si el cuento tiene elementos mágicos, puedes hacer experimentos sencillos (p. ej., mezclar líquidos de colores como “poción de bruja” en Hansel y Gretel, plantar semillas como las habichuelas mágicas y observar su crecimiento). Manualidades: construir con materiales reciclados algo del cuento (la casa de ladrillos de los cerditos con cajas de cartón, un zapatito de cristal con papel celofán, una corona real con cartulina, etc.). Disfraces y máscaras: que cada niño confeccione la máscara de un personaje y luego juguéis a actuar con ellas. Música: inventar una canción o hacer sonidos con instrumentos caseros que representen partes de la historia (un tambor cuando viene el gigante, campanitas para el Hada Madrina). Cuantos más sentidos involucren, más memorable será el aprendizaje.
Juego matemático y lógico: Incorpora retos cognitivos disfrazados de juego. Por ejemplo: contar y repartir galletas para la abuela de Caperucita (matemáticas: división simple), clasificar objetos de la canasta por forma o color (conceptos básicos), hacer puzzles con la secuencia del cuento (ordenar viñetas, desarrollo de la lógica temporal), buscar en el aula formas geométricas que recuerden a elementos del cuento (¿círculos como monedas de Jack, triángulos como tejados de las casas?). También puedes organizar una búsqueda del tesoro temática: pistas con acertijos sencillos que conduzcan a un “tesoro” (quizá un libro nuevo, o los materiales para la siguiente actividad) escondido por los personajes del cuento.
Actividad STEAM (Ciencia/Tecnología) relacionada: Una unidad innovadora puede atreverse con conceptos científicos en Infantil de forma asequible. Por ejemplo, con Los tres cerditos puedes hacer un miniproyecto de ciencia de materiales: probar a soplar diferentes construcciones (casitas de papel, palillos, bloques) con un ventilador a modo de lobo y ver cuáles resisten más; hablar del viento, de qué materiales son más fuertes y por qué. O con La Sirenita, montar un pequeño experimento sobre qué objetos flotan o se hunden en el agua (relacionándolo con el mar). Estas experiencias desarrollan curiosidad científica desde pequeños.
Involucrar a las familias y el entorno: Una unidad innovadora suele trascender el aula. Puedes planear alguna actividad colaborativa con las familias, lo cual además puntúa a favor en oposiciones. Ejemplos: que cada familia cuente en casa una versión del cuento de su infancia (aportando diversidad cultural si hay distintas nacionalidades, “Cuentos de aquí y de allá”), y luego el niño la comparte en clase; o invitar a los padres a un “teatro de cuentos” final donde los niños presenten algo. Si es viable, también puedes conectar con la comunidad: visitar la biblioteca local a buscar cuentos similares, hacer un paseo al bosque cercano si el cuento es de bosque, o invitar a un cuentacuentos profesional.
Actividad de cierre o síntesis: Para concluir la unidad, es útil tener una actividad que permita reflexionar y consolidar lo aprendido, a la vez que celebrar el trabajo realizado. Algunas ideas de cierre:
El libro del cuento reinventado: Recopila todos los dibujos, finales alternativos, fotos de actividades, etc., y crea con los niños un “libro” o mural gigante que resuma la nueva versión del cuento que han construido entre todos. Repásenlo en la última sesión comentando cada página. Esto refuerza la memoria de la secuencia y les da sensación de logro (“hemos creado nuestro propio cuento”).
Fiesta temática: Organiza una pequeña fiesta relacionada con el cuento. Por ejemplo, después de Hansel y Gretel, montar una meriendita con galletas decoradas por los niños (casita de chocolate simbólica); después de Aladino, ambientar el aula como un bazar oriental y hacer un baile con música árabe. En esa fiesta los niños pueden contar a los asistentes (otras clases, familias) qué hicieron en la unidad.
Rueda de conversación y emociones: Sentados en círculo, cada niño comparte qué le gustó más del “viaje” por el cuento, qué aprendió o cómo se sintió siendo tal personaje. Se refuerza así el lenguaje oral, la autoexpresión emocional y se cierra el proyecto dándoles voz.
En todas estas actividades, recuerda aplicar los principios de inclusión: ofrece alternativas para quienes lo necesiten (un niño con hipersensibilidad táctil quizás no quiera pringarse en el experimento pero puede observar y luego dibujar lo que vio; otro con dificultades motoras puede participar desde un rol adaptado en la dramatización). También asegúrate de conectar cada actividad con los objetivos propuestos: sé explícito, por ejemplo, al anotar la actividad indica entre paréntesis qué objetivo/competencia trabaja (“juego de soplar casas – desarrolla pensamiento científico y cooperación en grupo”). Esto te servirá para justificarlo en la defensa oral.
Tip: La clave de la innovación no es hacer muchísimas actividades, sino algunas bien pensadas que sean significativas. A veces menos es más, pero integrando varios aprendizajes en cada propuesta. Por ejemplo, la actividad de las casitas de los cerditos involucra ciencia, matemáticas (contar resultados), lenguaje (vocabulario: paja, madera, ladrillo), cooperación (trabajo en equipo construyendo) y diversión. ¡Eso vale por varias fichas de libro juntas!
4. Integración de metodologías innovadoras y enfoques transversales
Mientras diseñes las actividades, pregúntate si estás aprovechando metodologías innovadoras y enfoques transversales que den valor añadido a tu unidad. Ya mencionamos varias (ABP, juego, dramatización, experimentación). Aquí enfatizamos algunas adicionales que puedes entrelazar:
Aprendizaje cooperativo: Incorpora dinámicas donde los niños trabajen en equipo de forma estructurada. En Infantil el cooperativo se hace a pequeña escala: parejas o pequeños grupos con roles sencillos. Por ejemplo, para una manualidad cada uno tiene una tarea (uno recorta, otro pega, etc.), o en un juego de pistas unos buscan las imágenes y otros las ordenan. Esto desarrolla habilidades sociales desde temprana edad. Puedes citar técnicas simples adaptadas (como el folio giratorio adaptado a Infantil: en papel continuo cada niño dibuja algo del cuento por turnos para crear un mural conjunto).
Gamificación: Si añades un sistema de juego global a la unidad, elevarás la motivación. Por ejemplo, presenta al inicio un mapa del tesoro del cuento: cada actividad completada les hace ganar una pegatina o punto, avanzando por el mapa hasta “ganar” un tesoro final (que puede ser la fiesta temática o un diploma de “cuentero innovador”). O plantea pequeños desafíos con recompensas simbólicas (insignias de “valiente como un caballero”, “creativo como un inventor”, según lo que logren). La gamificación bien usada en Infantil debe ser colaborativa (no competencia individual) y muy visual, pero engancha muchísimo.
Educación en valores (coeducación, inclusión, medio ambiente): Los examinadores valoran las llamadas temáticas transversales. Piensa cómo tu cuento adaptado puede servir para trabajar valores: ¿Hay un componente de igualdad de género que puedas resaltar? (ej.: en tu versión, el príncipe necesita ayuda y la princesa se la brinda valerosamente, todos aprenden que chicos y chicas pueden ser héroes por igual). ¿Puedes incluir diversidad? (ej.: si en el cuento hay 7 cabritillos, haz que cada uno tenga características distintas como metáfora de que todos somos diferentes; o presenta personajes de distintas culturas). ¿Y el cuidado del medio ambiente? (ej.: en Juan y las habichuelas hablar de plantar y cuidar plantas; en Los tres cerditos mencionar la importancia de no derrochar materiales). Insertar estos mensajes de forma natural demuestra compromiso con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que también se evalúan: por ejemplo, la igualdad de género (ODS 5) o la educación de calidad inclusiva (ODS 4) que “Las princesas también son valientes” explicitaba. No hagas simple moralina, pero sí integra valores en las actividades y coméntalos con los niños.
DUA y atención individualizada: Ya lo cubrimos, pero al revisar tu diseño verifica que en cada actividad brindas opciones o soportes para que ningún niño quede atrás. Esto es innovación pedagógica pura: quizás no se “ve” tan espectacular como un robot educativo, pero es más valioso demostrar que sabes adaptar la enseñanza a todos. Menciona en tu programación esas adaptaciones: por ejemplo, “se ofrecerán pictogramas del cuento para alumnos con dificultades de comprensión”, “los equipos de trabajo serán heterogéneos para favorecer la tutoría entre iguales”, “en el juego de roles, cada niño elige el personaje con el que se sienta más cómodo para garantizar su participación”.
Evaluación formativa e innovadora: La manera de evaluar también puede ser innovadora. En Infantil la evaluación es mayormente cualitativa, pero puedes añadir originalidad: usar rúbricas con dibujos para observar competencias (por ejemplo, una rúbrica ilustrada de habilidades sociales que tú rellenas durante la dramatización, o “dianas de evaluación” donde marcas en un gráfico el grado de logro de ciertos indicadores). Incluso involucrar a los propios niños en una autoevaluación sencilla: con caritas felices/tristes para que indiquen qué actividades les gustaron o cómo sienten que lo hicieron. La idea es evidenciar que la evaluación en tu unidad es continua, global y ayuda a mejorar, no solo un examen final. Menciona que recogerás producciones (dibujos, fotos de construcciones) en un portafolio, que harás observación diaria con anecdotarios, y que informarás a las familias con un pequeño informe narrativo al final. Todo esto cierra el ciclo didáctico con profesionalidad.
5. Ejemplo práctico: adaptando “Los tres cerditos” en una unidad innovadora
Para ilustrar todo lo anterior, veamos un ejemplo resumido de cómo podría quedar una unidad didáctica innovadora basada en el cuento clásico “Los tres cerditos”. Imaginemos que va dirigida a niños/as de 5 años y tendrá una duración de 2 semanas (10 sesiones). La llamaremos: “¡A construir con los tres cerditos!”.
Contexto y objetivos: Unidad en el segundo trimestre, integrando el área de descubrimiento del entorno (materiales, hábitat), lenguaje oral, matemáticas básicas y educación en valores (cooperación, esfuerzo). Objetivos principales: investigar las propiedades de materiales mediante juego; fomentar el trabajo en equipo construyendo estructuras sencillas; enriquecer el lenguaje describiendo cuentos y construcciones; desarrollar la creatividad y la imaginación modificando la historia. Competencias clave: STEM (científica y matemática), lingüística, aprender a aprender, social.
Secuencia de actividades destacadas:
Motivación: Un día, la clase encuentra un cofre misterioso. Al abrirlo, hay ladrillos de juguete, pajitas, palitos, y una carta: “Hola niños, somos los tres cerditos. Necesitamos ayuda para construir una casa súper resistente porque un lobo anda cerca. ¿Nos ayudáis?”. También incluyen un plano infantil de una casa. Esta sorpresa genera entusiasmo inmediato. La maestra lee el cuento original “Los tres cerditos” teatralizadamente, mientras los niños manipulan los materiales del cofre. Quedan motivados para convertirse en constructores.
Actividad científica (ABP estilo experimento): Se organiza el reto del lobo soplador. Por equipos, los niños construyen tres casitas: una de paja (usando pajitas o papel triturado sobre una estructura), otra de palitos (de madera o depresores), y otra de “ladrillos” (bloques de plástico o cajas pequeñas). Luego, simulamos al lobo con un secador o ventilador portátil: cada equipo prueba a aplicar viento a sus casitas. Observamos cuáles resisten y discutimos por qué. Los peques se sorprenden de que la casa “de ladrillo” (bloques) aguanta más. Hablan de fuerte/débil, pesado/ligero, etc. Están haciendo ciencia a su nivel. Cada niño pega una pegatina de lobo en una tabla según qué casa derribó o no, contando resultados (matemáticas). Competencias: científica, matemática, aprender a aprender (experimentar).
Dramatización cooperativa: Se prepara un pequeño teatro de marionetas. Cada equipo de niños crea marionetas de dedo de cerditos y lobo (dibujan en cartulina y recortan, con ayuda). Luego en grupos dramatizan el cuento: unos manipulan cerditos, otros al lobo, diciendo las frases famosas (“soplaré y soplaré…”). En cada representación introducimos variaciones: por ejemplo, en vez de que cada cerdito trabaje solo en su casa, ¿y si los tres construyen juntas las casas una por una? (Aquí inculcamos valor de cooperación). Los niños representan esta versión colaborativa. Se divierten mucho y comprenden mejor la historia al actuarla. Competencias: lingüística (uso del lenguaje del cuento), social (cooperación al turnarse, construir juntos), artística.
Taller creativo y final alternativo: Proponemos: “¿Qué otra cosa podría pasar con el lobo y los cerditos?”. Los niños dibujan en un folio su final inventado. Unos dibujan que el lobo se hace amigo y ayuda a ampliar la casa de ladrillos; otros que aparece la mamá cerdito regañando al lobo; otro niño imaginó que el lobo se quemó la cola en la olla y salió volando en un cohete 🚀. Cada uno explica su dibujo frente al grupo. La maestra escribe en grande las frases clave de cada final. Con todas, se elabora el “Libro de los nuevos cerditos” juntando esos dibujos en orden y sus relatos escritos (transcritos por la docente). Este producto final se coloca en el rincón de lectura del aula. Competencias: imaginación y emprendimiento, comunicación lingüística (narración), aprender a aprender (reflexión creativa).
Juego motor “A soplar y a salvo”: En el patio o sala de psicomotricidad, se juega a una versión motriz del cuento: Un niño hace de lobo que “sopla” (hace sonido) y los demás cerditos corren de una “casa” a otra. Se ponen tres aros o colchonetas que representan las casas; cuando el lobo sopla “¡Casa de paja se vuela!”, los niños de ese aro deben huir a otra casa, y así sucesivamente. Es como una pilla-pilla adaptada. Risas aseguradas, trabajo de velocidad, y aprenden las partes del cuento casi sin darse cuenta. Al final, reflexionan cómo es más fácil si corren juntos o si algún cerdito “ayuda” a otro más lento. Competencias: física (desarrollo motor), social (cuidar del grupo).
Implicación familiar: Se envía una nota a casa contándoles la unidad. Como tarea voluntaria, se propone: “¿Sabías que este cuento existe en muchos países? Pregunta en casa si conocen versiones diferentes de Los tres cerditos o cuentos parecidos, y tráenos un dato nuevo.” Algunos padres cuentan que en su país hay un cuento similar con otros animales. Esos días los niños comparten esas curiosidades en la asamblea, enriqueciendo la visión multicultural.
Cierre: La unidad culmina con una “Expo-construcción”: invitamos a la directora y a la clase de 4 años a ver nuestras casitas reconstruidas mejoradas (cada equipo rehízo su casa con lo aprendido para que todas resistan al lobo), les mostramos el “Libro de nuevos finales” y cantamos juntos una canción que inventamos sobre los cerditos (con la melodía de “Estaba la rana sentada”, por ejemplo). Los pequeños se sienten orgullosos y han consolidado sus aprendizajes al explicarlos a otros.
Inclusión Educativa: Durante toda la unidad, aplicamos DUA: ofrecimos cuentos narrados con apoyo visual y también en audio (para necesidades auditivas o visuales), las actividades fueron en parte en grupo para que todos participaran según sus fortalezas (el niño con más habilidad manual recortó, otro más verbal narró, etc.), en la dramatización si alguien no quería hablar podía hacer de árbol decorado – pero estuvo presente, etc. Al evaluar, cada niño tuvo diversas maneras de mostrar su comprensión (hablando, dibujando, construyendo). Así ningún alumno quedó al margen. Un niño con TEA, por ejemplo, tuvo un tablero de pictogramas del cuento para anticipar cada parte antes de hacerla, lo que le dio seguridad.
Evaluación: Se llevaron registros anecdóticos en cada sesión (observando quién participaba, quién necesitó apoyo, logros especiales). Al final, se cumplió que todos los niños podían reconstruir oralmente la secuencia del cuento (criterio de comprensión), identificaban al menos dos materiales de construcción y sus propiedades básicas (criterio de conocimiento del entorno), y mostraron actitudes colaborativas en las dinámicas (criterio actitudinal). La evaluación fue continua y formativa: con esas observaciones, la docente ajustó sobre la marcha (por ejemplo, repitió la narración con más gestos cuando vio que algunos se perdían en la secuencia). Se informará a las familias en un boletín descriptivo y con fotos de la unidad.
Este ejemplo sintetiza cómo un cuento sencillo puede dar lugar a una unidad didáctica rica y novedosa. Lo importante es que, a ojos del tribunal, todo está hilado: desde la carta inicial (motivación con ABP y reto) hasta la exposición final (producto logrado), pasando por experimentación, juego, arte, relato e inclusión. Una unidad así destaca por su coherencia interna y su variedad metodológica.
Consejos finales para presentar tu unidad didáctica innovadora en la oposición
Haber diseñado una unidad creativa como la anterior es un gran paso, pero en las oposiciones cuenta tanto el fondo como la forma de presentación. Aquí van algunos consejos para defender con éxito tu unidad basada en un cuento clásico ante el tribunal:
Estructura clara en la exposición oral: Organiza tu defensa siguiendo un guion lógico: introducción (contextualizas edad, por qué elegiste ese cuento y temática innovadora), objetivos y competencias, metodología y actividades principales, atención a la diversidad, evaluación, y conclusión. Ensaya previamente destacando las ideas fuerza: por ejemplo “He elegido Pedro y el lobo para trabajar la inteligencia emocional y la educación musical de forma innovadora, integrando un proyecto donde los niños componen sonidos para cada personaje”. Deja claro desde el inicio el porqué y para qué de tu unidad.
Material de apoyo visual atractivo: Aprovecha que en muchas comunidades se permite llevar material no electrónico a la exposición. ¡Lleva algo que dé vida a tu explicación! Por ejemplo, un gran mural resumen de tu unidad con dibujos de los niños (o simulados), las marionetas o títeres usados, el “libro” que creaste, fotos de las casitas de los cerditos... Incluso puedes comenzar tu intervención mostrando un objeto del cuento (una manzana envenenada, una varita mágica) para captar la atención del tribunal. Ten cuidado de no excederte ni montar una escenografía aparatosa, pero un toque visual y tangible marca la diferencia y hace tu exposición memorable. Recuerda que según la convocatoria, suele permitirse un folio de esquema y materiales didácticos sencillos (láminas, cuentos, juguetes), pero no dispositivos electrónicos.
Tiempo y ritmo: Ajusta tu presentación al tiempo disponible (normalmente unos 30 minutos para la unidad). No intentes contarlo todo lo que hiciste en cada sesión; selecciona las actividades más originales y alineadas con los objetivos para describir en detalle, y menciona otras de forma resumida. Es preferible profundizar en 2-3 ejemplos representativos (como hicimos con los cerditos) que listar 10 actividades superficialmente. Controla el tiempo en ensayos y deja unos minutos para cerrar con una conclusión.
Lenguaje profesional pero cercano: Dirígete al tribunal con vocabulario pedagógico preciso (usa términos del currículo vigentes, habla de competencias, situación de aprendizaje, DUA, etc.), pero evita sonar demasiado teórico o leído. Combina la base teórica con anécdotas o ejemplos concretos de cómo reaccionan los niños. Por ejemplo: en vez de solo decir “empleo aprendizaje cooperativo”, añade algo como “...por ejemplo, en el taller de arte los niños de 5 años trabajaron en parejas tutor y tutorando, desarrollando ayuda mutua”. Esto muestra dominio práctico. Habla con entusiasmo y naturalidad, demostrando que disfrutas con la unidad. Si conectas emocionalmente con lo que cuentas, el tribunal también se enganchará.
Anticipa preguntas del tribunal: Una unidad innovadora quizá despierte curiosidad o dudas en los examinadores. Prepárate para justificar cada elección. Si te preguntan “¿por qué elegiste este cuento?”, ten claro que fue por su potencial educativo y que lo evaluaste críticamente. Si cuestionan “¿y si algún niño se asusta con el lobo?”, responde con las medidas que tomarías (presentarlo de forma simpática, etc.). También podrían interesarse por cómo adaptarías la unidad a otra edad, o qué harías si algún niño no quisiera participar en tal actividad. Tener pensadas esas respuestas demostrará tu capacidad de adaptación y reflexión didáctica.
Documentación bien presentada: Además de la defensa oral, entregarás una memoria escrita de la unidad (según requisitos de la convocatoria). Asegúrate de que incluya todos los apartados formales (contexto, objetivos, contenidos/saberes, actividades secuenciadas, atención a la diversidad, evaluación, bibliografía). En esa memoria puedes lucirte incluyendo ilustraciones, esquemas, citas de referencia curricular. En particular, menciona la normativa (LOMLOE, RD 95/2022) y cómo la unidad cumple sus orientaciones (por ejemplo, cita que has diseñado una situación de aprendizaje, como sugiere el anexo del RD). Si tu unidad se inspira en alguna metodología concreta, podrías citar brevemente autores o estudios que la avalen, mostrando base teórica actual (por ej., nombrar a Vygotsky para el aprendizaje cooperativo o a Bruner para la narración en infantil). Todo suma para demostrar que eres un docente informado e innovador.
Pasión y originalidad: Por último, deja translucir tu pasión por la enseñanza. Una unidad con cuento clásico puede ser presentada de forma rutinaria o con chispa; la diferencia está en cómo lo vive quien la expone. Cuenta alguna breve anécdota real si la tienes (“Recuerdo cuando implementé algo parecido en prácticas y un niño dijo...”). Si no, puedes apelar a la imaginación: “Estoy segura de que si hiciéramos esto en el aula, los niños se quedarían con la boca abierta cuando el lobo aparezca...”. Esa visualización engancha al oyente. Y termina con un cierre redondo, quizás con una frase del propio cuento adaptada: por ejemplo, “Y colorín colorado, este proyecto innovador ha demostrado que con creatividad y amor por los cuentos, el aprendizaje nunca ha terminado”. Un guiño final así deja buen sabor de boca.
Conclusión
Adaptar un cuento clásico a una unidad didáctica innovadora es una estrategia ganadora en las oposiciones de Educación Infantil: combina la magia de las historias de siempre con lo mejor de la pedagogía moderna. Siguiendo un enfoque bien planificado –desde la selección consciente del relato, pasando por la integración de metodologías activas, la atención a la diversidad, hasta la evaluación formativa–, lograrás una propuesta coherente, creativa y de alto valor educativo. En este artículo hemos repasado cómo elegir y actualizar un cuento, cómo extraer de él actividades lúdicas y significativas, y cómo estructurar todo ello en una unidad didáctica que impresione al tribunal por su rigor e imaginación.
En el camino, no olvides que la innovación no es solo incorporar tecnología o hacer algo extravagante; innovar es atender las necesidades de tus alumnos de formas nuevas y efectivas, es sorprenderles y emocionarles mientras aprenden. Un cuento clásico bien adaptado puede enseñar tanto o más que muchos materiales modernos, porque conecta con la esencia del niño. Si logras que tu unidad didáctica cuente una historia de aprendizaje apasionante, habrás capturado tanto a tus pequeños estudiantes como al jurado evaluador.
Ahora es tu turno de poner manos a la obra: elige ese cuento que marcó tu infancia o que sabes que encanta a tus alumnos, míralo con lentes del siglo XXI y ¡reinvéntalo didácticamente! Verás cómo “érase una vez” se convierte en “así se aprende hoy”. Y quién sabe, quizá tu unidad didáctica innovadora tenga un final feliz en forma de plaza conseguida. ¡Mucho ánimo y a por ello, el cuento de tu éxito opositor lo escribes tú!
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