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¿Cómo actuarías si el tribunal de Oposiciones te hace esta pregunta trampa?: ¿Y si tu alumnado no conecta con tu propuesta metodológica?


Tribunal Oposiciones Educación Infantil

La defensa oral de la programación didáctica en las oposiciones de Educación Infantil es uno de los momentos más desafiantes del proceso. Tras meses de estudio y preparación, debes exponer tu programación y unidad didáctica ante un tribunal, y luego responder a sus preguntas. Muchas opositoras temen ese turno de preguntas: ¿y si me cuestionan algo para lo que no tengo respuesta? ¿Y si los nervios me traicionan y me quedo en blanco? Imagina, por ejemplo, que el tribunal te pregunta “¿Qué harías si tu alumnado no conecta con tu propuesta metodológica?” o “¿Qué pasa si tu alumnado no conecta con el hilo conductor de tu programación o no te hace caso?”. Son preguntas difíciles que pueden bloquearte emocionalmente si no estás preparad@.



¿Por qué el tribunal hace preguntas difíciles?


El tribunal de oposiciones no hace preguntas complicadas por capricho, sino para evaluar tu competencia docente y tu reacción ante imprevistos. Quieren ver cómo piensas “en vivo”, cómo solucionarías problemas reales del aula y si dominas los fundamentos pedagógicos. Tras tu exposición oral, el tribunal dispone (según normativa) de un turno de preguntas de hasta 10-15 minutos. En ese tiempo pueden plantearte cuestiones sobre cualquier aspecto de tu programación, unidad didáctica, currículo o legislación educativa, e incluso situaciones hipotéticas de aula. Su intención es comprobar tu aptitud pedagógica y tu seguridad ante retos inesperados.


Por eso, es normal que te pregunten “¿qué harías si...?” ante distintos escenarios. Más que buscar una respuesta perfecta, el tribunal evalúa tu capacidad de respuesta: que seas clara, coherente, flexible y fundamentada. Dicho de otro modo, prefieren una respuesta sincera y bien razonada (aunque muestres que aún sigues aprendiendo), a que te quedes en silencio o improvises sin sentido. Ten en cuenta que una pregunta difícil es también una oportunidad para brillar: si respondes con aplomo y aportas soluciones, demostrarás que eres una maestra preparada para afrontar la realidad del aula. A continuación, te explicamos cómo prepararte para esas preguntas y responder con seguridad, evitando bloqueos.


Estrategias para responder con seguridad y sin bloqueos


Cuando llegue el turno de preguntas del tribunal, mantén la calma y sigue estas estrategias para responder de forma segura, profesional y sin quedarte en blanco:


  • Escucha la pregunta con atención y clarifica si es necesario: Mira al miembro del tribunal que te la formula y no interrumpas. Asegúrate de haber entendido bien antes de responder. Si la pregunta es confusa o muy amplia, puedes pedir educadamente una aclaración o que la repitan. Esto no resta puntos; al contrario, demuestra que quieres exactitud y te da un par de segundos para pensar.

  • Respira y tómate un breve instante para organizar tu respuesta: No tienes que contestar al milisegundo. Es totalmente válido hacer una breve pausa (de uno o dos segundos) tras escuchar la pregunta. Aprovecha para inspirar profundamente y estructurar mentalmente tus ideas principales. Un silencio breve y controlado es mucho mejor que empezar a hablar atropelladamente sin saber por dónde ir. Recuerda que mantener la serenidad es clave para no bloquearte.

  • Estructura tu respuesta de forma clara: Contestar de forma coherente y ordenada te dará seguridad. Puedes seguir una mini-estructura: comienza reconociendo la importancia de la pregunta o el tema, desarrolla tu respuesta aportando 2 o 3 argumentos, soluciones o ejemplos concretos, y concluye resumiendo la idea principal o enfatizando tu disposición a actuar. Por ejemplo, si te preguntan por una metodología que no funciona, podrías comenzar admitiendo que es un aspecto crucial, luego explicar cómo lo abordarías (plan alternativo, adaptación, etc.) y cerrar afirmando tu compromiso con mejorar lo que haga falta. Esta estructura introducción-desarrollo-conclusión mantendrá tu respuesta enfocada.

  • Usa un lenguaje seguro, positivo y profesional: Al responder, cuida tanto qué dices como cómo lo dices. Emplea un tono respetuoso y seguro, evitando titubeos excesivos. Habla con claridad, a un ritmo moderado, sin jerga rebuscada pero mostrando vocabulario pedagógico preciso cuando proceda. Es importante proyectar confianza: mantén contacto visual con el tribunal, adopta una postura erguida y gesticula de forma natural para acompañar tus palabras. Transmitir seguridad con tu comunicación verbal y no verbal reforzará el impacto de tu respuesta. Incluso si por dentro estás nerviosa, finge seguridad y acabarás sintiéndote más segura.

  • Sé sincera, pero proactiva y orientada a soluciones: Si la pregunta pone en evidencia un posible problema (por ejemplo, que tu clase no conecta con una propuesta), evita ponerte a la defensiva o inventar excusas. Reconoce con honestidad que esa situación puede ocurrir (nadie espera que un docente sea infalible) y demuestra actitud proactiva: explica qué harías para solucionarlo o prevenirlo. Por ejemplo, “Si detecto que algo no funciona, evaluaría el porqué y probaría otro enfoque…”. Esto muestra humildad y capacidad de mejora, cualidades muy valoradas. Nunca respondas con un “no sé” y ya está; aunque no tengas una respuesta inmediata perfecta, describe cómo enfrentarías el desafío o qué harías para buscar la solución.

  • Fundamenta tus respuestas en tu preparación: Siempre que puedas, apoya tus argumentos en la teoría educativa, la normativa o tu experiencia. No se trata de soltar artículos de ley de memoria, pero sí de dejar claro que tus decisiones docentes tienen base. Puedes mencionar brevemente algún principio pedagógico o legal relacionado. Por ejemplo: “Aplicaría el enfoque del Diseño Universal para el Aprendizaje, como sugiere la LOMLOE, adaptando la actividad a diferentes necesidades”. O citar alguna metodología activa conocida (ABP, Montessori, aprendizaje cooperativo…) si viene al caso. Esto le da peso a tu respuesta y muestra tu dominio del currículo y la legislación vigente. Igualmente, si tienes alguna experiencia previa relevante (en prácticas, trabajo, etc.), puedes aludir a ella: “En mi experiencia he visto que… y por eso haría…”. Eso sí, sé breve para no desviarte; el foco debe estar en responder la pregunta concreta.




Ejemplos de preguntas difíciles del tribunal y cómo responderlas


Veamos ahora dos preguntas típicas “trampa” del tribunal en Educación Infantil y cómo podrías responder. Estos ejemplos te darán una guía de por dónde encauzar tus respuestas ante situaciones que, de solo imaginarlas, suelen ponerte nerviosa. Recuerda que no hay respuestas únicas; debes adaptarlas a tu estilo y a tu programación, pero los siguientes enfoques pueden inspirarte.


¿Y si tu alumnado no conecta con tu propuesta metodológica?


Esta pregunta del tribunal busca saber cómo reaccionarías si la metodología que planteaste no motiva a tus niños. Quieren comprobar si tienes un plan B y si eres flexible para adaptar tu enseñanza según las necesidades reales del aula. Una respuesta acertada mostraría que eres consciente de esa posibilidad y que ya has pensado cómo afrontarla.


Posible respuesta: “En el caso de que mi alumnado no conecte con la metodología que propongo, lo primero que haría sería analizar qué está fallando. Cada grupo de niños es diferente, así que observaría sus reacciones y escucharía sus opiniones para identificar por qué no les atrae el enfoque. Tengo previstas estrategias alternativas en mi programación: por ejemplo, si veo que no responden bien a una actividad de trabajo cooperativo, introduciría un enfoque más lúdico o experimental, porque quizá necesiten más juego activo. Considero fundamental adaptar la metodología a los intereses y ritmos del alumnado, tal como indica la normativa . Podría incorporar nuevas dinámicas participativas, materiales más visuales o conectar los contenidos con algo que les entusiasme en su mundo (dibujos animados, juegos, su entorno cercano). En definitiva, sería flexible: evaluaría constantemente la situación y reorientaría mi práctica docente hasta lograr que el grupo se involucre. Estoy preparada para ajustar mi método las veces que haga falta, porque cada niño merece una enseñanza que lo motive.”


¿Por qué es efectiva esta respuesta? Porque demuestras reflexión y capacidad de adaptación. Aceptas que puede ocurrir un desenganche metodológico y no te lo tomas como un ataque, sino como una señal para mejorar tu enseñanza. Además, ofreces acciones concretas (cambiar la dinámica, hacer más lúdica la actividad, usar sus intereses) en lugar de quedarte en la teoría. Nombras incluso la importancia de adecuarse a los intereses del alumnado respaldada por la normativa, lo que añade solidez. Y algo clave: mantienes un tono positivo, transmitiendo que no te rendirías, sino que buscarías la forma de conectar con tus alumnos. El tribunal valorará esa actitud proactiva.


¿Qué pasa si tu alumnado no conecta con el hilo conductor de tu programación o no te hace caso?


Con esta pregunta, el tribunal pone a prueba tanto tu capacidad de mantener la motivación a través del hilo conductor (ese tema central o historia que hilvana tus unidades) como tus habilidades de gestión del aula si los niños “no te hacen caso”. En Educación Infantil, es fundamental atraer la atención de los pequeños y manejar situaciones de indisciplina de forma positiva. Veamos cómo puedes abordar ambos aspectos en tu respuesta.


Posible respuesta: “Si advirtiera que mi alumnado no está enganchado con el hilo conductor que he propuesto, tomaría medidas para revitalizar su interés. Por ejemplo, introduciría algún elemento sorpresa o un giro en la historia: quizá un personaje nuevo que llegue al aula, un cambio de escenario o un misterio que resolver relacionado con el tema, de modo que los niños vuelvan a sentir curiosidad. En mi programación he incluido un hilo conductor flexible; si veo que algo no funciona, puedo ajustarlo sobre la marcha. También hablaría con mis alumnos, a su nivel, para involucrarlos: les preguntaría qué les gustaría que pasara en la historia, así sienten el hilo conductor más suyo. Por otro lado, si no me hacen caso en algún momento, aplicaría las técnicas de gestión de aula que tengo previstas: mantener normas claras y coherentes, refuerzo positivo a las buenas conductas, y actividades participativas que canalicen su energía. Entiendo que a estas edades la atención es breve, así que alterno actividades dinámicas y tranquilas para evitar el aburrimiento. Si pese a todo algún niño sigue desconectado o disruptivo, buscaría comprender la causa (puede que ese día esté cansado o tenga alguna necesidad específica) y le daría un rol activo para recaptar su atención. En resumen, mantendría la calma y reajustaría tanto la historia conductora como la dinámica de clase para lograr que todos los niños se impliquen de nuevo. Mi objetivo final es que el hilo conductor sea significativo para ellos y que se sientan partícipes de la aventura del aprendizaje.”


En esta respuesta, muestras creatividad y manejo práctico. Propones soluciones para hacer atractivo el hilo conductor (sorpresas, giros, participación del alumnado en la historia) y al mismo tiempo dejas ver que conoces estrategias de disciplina positiva para cuando “no te hacen caso”. Reconoces la realidad de la etapa infantil (atención dispersa, importancia del refuerzo positivo) y demuestras que no te quedarías de brazos cruzados: actuarías con empatía y firmeza a la vez. El tribunal apreciará que combinas imaginación pedagógica (elaborar la narrativa del hilo conductor de forma flexible) con habilidades de gestión de grupo, todo ello sin dramatizar la situación. Nuevamente, el tono es de quien tiene recursos y no se bloquea ante las dificultades.


Cómo evitar el bloqueo mental durante la defensa oral


Además de preparar el contenido de tus respuestas, es crucial trabajar la gestión de tus nervios y emociones para que los bloqueos no arruinen tu exposición. Muchas opositoras experimentan mente en blanco, sudores fríos o tartamudeo cuando el tribunal lanza una pregunta inesperada. ¿Cómo prevenir ese bloqueo mental? Aquí van algunos consejos de regulación emocional útiles durante la defensa oral de oposiciones:


  • Prepárate mediante simulacros de preguntas: La mejor manera de vencer el miedo es enfrentarlo durante la preparación. Practica con simulacros de defensa oral completos, incluyendo un “tribunal ficticio” que te haga preguntas difíciles al final. Puedes ensayar con compañeros, grabarte en vídeo o incluso frente al espejo. Cuantas más veces experimentes el estrés de las preguntas, más control tendrás el día real. Ensaya posibles respuestas en voz alta para ganar fluidez y confianza. Esto reduce enormemente la probabilidad de quedarte en blanco, porque tu cerebro ya habrá “pasado por ahí” antes.

  • Utiliza técnicas de relajación antes y durante la prueba: Antes de entrar al examen, realiza ejercicios que te ayuden a bajar la ansiedad. Por ejemplo, respiraciones profundas abdominales, relajar conscientemente los hombros y cuello, o una breve técnica de mindfulness (centrarte en tu respiración unos minutos). Algunas opositoras tienen pequeñas rutinas como escuchar una canción motivadora de camino o hacer una visualización positiva (imaginar que responden con éxito). Encuentra lo que te funcione para llegar lo más tranquila posible. Durante la defensa oral, si notas que los nervios suben, aprovecha momentos como el cambio entre programación y unidad, o justo antes de las preguntas, para hacer una inspiración profunda que te centre. Nadie notará un par de respiraciones profundas, y a ti te ayudarán a despejar la mente.

  • Cambia tu diálogo interno: En vez de pensar “me voy a bloquear” o “no la vayas a fastidiar cuando te pregunten”, repítete mensajes positivos y realistas: “Estoy preparada, sé más de lo que creo, si surge algo difícil puedo manejarlo”. Este autoánimo es más poderoso de lo que parece. Recuerda que el tribunal no está deseando pillarte, sino evaluando tu potencial. Si tienes un lapsus o un momento de duda, no significa que todo esté perdido. Confía en todo el camino recorrido. Una actitud mental positiva te dará la templanza para reaccionar mejor.

  • Estrategias en caso de bloqueo puntual: Si aun con todo, llega esa pregunta y tu mente se queda en blanco total, ¿qué hacer? Primero, no entrar en pánico. Tienes más recursos de los que crees. Puedes ganar unos segundos pidiendo amablemente que repitan la pregunta (“Disculpe, ¿podría repetir la pregunta, por favor?”) o reformulándola tú misma en voz alta: “Entiendo que me pregunta qué haría si…, ¿verdad?”. Mientras haces eso, tu mente estará reorganizando ideas. Otra táctica es empezar por lo básico: responde primero a la parte de la pregunta que sí tengas clara, por pequeña que sea. Por ejemplo, “Lo primero que haría sería observar la reacción del alumnado…”, y conforme hablas irás hilando el resto. Si hay algo que realmente no sabes, es preferible admitirlo parcialmente pero mostrando disposición: “En ese caso concreto, investigaría la mejor solución; por ejemplo, consultaría con el orientador del centro o buscaría formación adicional…”. Así conviertes un “no sé” en un “lo resolvería de esta forma”. Y sobre todo, mantén la compostura externa: sonríe ligeramente, mira al tribunal… aunque por dentro estés nerviosa, esas acciones físicas envían señales de calma a tu cerebro y te ayudarán a retomar el hilo.

  • Aplica técnicas de gestión emocional que hayas practicado: Si has seguido consejos de nuestros artículos sobre manejo del estrés opositor, este es el momento de aplicarlos. Por ejemplo, si notas mucho bloqueo, puedes usar la técnica del “objeto ancla”: focalizar tu atención unos segundos en un objeto neutro (un bolígrafo, tu propio dossier) para cortar la espiral de nervios, y luego volver al contacto con el tribunal más serena. También recuerda que el tribunal entiende el nerviosismo: si en un momento debes parar un segundo y beber un sorbo de agua, hazlo (ten la botella a mano). Es mejor eso que dejar que la mente se nuble. Conocer tus propias reacciones y tener preparadas estrategias para calmarlas es tan importante como saberte el temario.


En síntesis, prevenir y superar el bloqueo mental requiere una combinación de buena preparación técnica (dominar tu programación, anticipar preguntas) y preparación emocional (ensayar, relajarte, controlar pensamientos). Trabaja ambos aspectos en las semanas previas. Así llegarás al examen confiando en que, pase lo que pase, sabrás reaccionar. Y esa confianza se notará.




Claves de diseño didáctico para conectar con tu alumnado (y evitar desconexiones)


Una forma inteligente de afrontar las preguntas del tipo “¿y si tus alumnos no conectan...?” es prevenir esas situaciones desde el diseño de tu programación y unidades. Si en tu defensa oral demuestras que ya has pensado estrategias para enganchar a tu alumnado, es menos probable que el tribunal te haga ese reproche. Aquí van algunas recomendaciones de diseño instruccional para lograr que tus propuestas didácticas conecten con los niños de Infantil desde el principio:


  • Conoce a tu alumnado y contextualiza tu programación: Aunque en la oposición describes un alumnado hipotético, trata de definir un contexto lo más realista posible (edad, características socio-culturales, intereses generales de esa edad, etc.). Diseña tu programación pensando en esos niños concretos. Por ejemplo, no es lo mismo planificar para 3 años que para 5 años; ni para un entorno rural que para una gran ciudad. Cuanto más adaptes objetivos, contenidos y actividades al contexto y nivel madurativo de tu supuesto alumnado, más relevantes y motivadoras les resultarán. Siempre que puedas, conecta con su vida cotidiana: familia, entorno, cosas que conocen y les gustan.

  • Elige un hilo conductor atractivo y flexible: Si usas un tema o historia central para hilar tus unidades didácticas (muy común en Infantil), procura que sea motivador y adecuado a los pequeños. Temáticas de su mundo (animales, cuentos, viajes espaciales, personajes infantiles) suelen funcionar bien. Evita hilos conductores demasiado abstractos o que no generen ilusión. Además, diseña tu hilo conductor con cierta flexibilidad: piensa en varios escenarios o giros posibles (como mencionamos antes) para poder ajustarlo si ves que no prende el interés. Por ejemplo, si tu hilo es “viaje por el espacio” y notas que la unidad de los planetas no les entusiasma, tal vez puedas girar hacia “buscando vida extraterrestre” para despertar curiosidad. Sé creativa pero también abierta a cambios según la reacción de los niños

  • Aplica metodologías activas y variadas: Los alumnos de Infantil aprenden haciendo, jugando, experimentando. Asegúrate de que tu programación incorpore metodologías activas (aprendizaje basado en proyectos, rincones de juego-trabajo, aprendizaje cooperativo adaptado, experimentación sensorial, psicomotricidad, etc.). Una metodología activa, lúdica y participativa facilita que el alumnado se implique con ganas. Como indica el currículo, debemos reconocer a los niños como agentes de su propio aprendizaje y diseñar situaciones estimulantes y significativa, Combina diferentes tipos de actividades: unas más plásticas y creativas, otras de movimiento, otras de reflexión en asamblea… La variedad mantendrá su interés y atenderá a distintos estilos de aprendizaje.

  • Favorece la participación y la autonomía del alumnado: Un niño que se siente protagonista de su aprendizaje difícilmente “desconectará”. Por eso, plantea actividades donde ellos tengan cierto margen de decisión o creación. Por ejemplo, proyectos donde elijan subtemas, juegos de rol donde tomen decisiones, rutinas de aula que ellos lideren (el encargado del día que ayuda en la actividad, etc.). También incluye actividades colaborativas donde interactúen entre ellos. Todo esto aumenta el compromiso. Asimismo, ten en cuenta la atención a la diversidad: proporciona recursos adaptados para niños con distintas necesidades (NEAE, diferentes ritmos). Si algún alumno se siente rezagado o perdido, desconectará; por el contrario, si anticipas apoyos o extensiones, lograrás que todos se mantengan enganchados a su nivel.

  • Incluye elementos sorpresa o lúdicos en tus unidades: En Educación Infantil, la magia y el juego capturan la atención. Puedes planificar mini-sorpresas a lo largo de tu programación: la visita de una mascota de peluche que trae un mensaje, un cofre con un tesoro que aparece un día, un disfraz que usas para introducir un tema… Estos recursos dan vida a tu hilo conductor y hacen que tus alumnos esperen con ansias “qué pasará después”. Si desde el diseño incorporas estos motivadores, es menos probable que te pregunten “¿y si no conectan?”, porque estarás mostrando una programación concebida precisamente para conectar emocionalmente con los niños. Recuerda: en Infantil, aprender y emocionar van de la mano.

  • Planifica alternativas y evalúa continuamente: Por muy bien diseñada que esté tu programación, siempre existe la posibilidad de que algo no funcione con un grupo real. Demuestra ante el tribunal que tienes un plan B: por ejemplo, menciona que cuentas con actividades de reserva o variantes de una misma propuesta por si necesitas reenganchar la atención del alumnado. También destaca que evaluarás el desarrollo de cada unidad (no solo al final, sino día a día) y que usarás esas observaciones para introducir mejoras sobre la marcha. Esta actitud reflexiva indica que no dejarías que la desconexión se prolongue, sino que reaccionarías pronto. Es decir, integras en tu diseño didáctico un ciclo de mejora continua: planificar-actuar-observar-ajustar.


Aplicando estas claves en el diseño de tu programación y unidades, no solo ofrecerás una defensa oral más robusta, sino que te sentirás más segura porque sabes que lo que presentas tiene altas probabilidades de funcionar en el aula. Y en caso de que aun así el tribunal te plantee preguntas sobre falta de conexión con el alumnado, podrás responder con confianza respaldándote en las medidas preventivas que ya incluiste en tu programación. (Por cierto, puedes profundizar más en estos temas de diseño didáctico en nuestro artículo “Cómo elaborar una unidad didáctica atractiva”, donde damos más ideas para enganchar al alumnado).




Preguntas frecuentes sobre el turno de preguntas del tribunal (FAQs)


A continuación, respondemos brevemente algunas dudas frecuentes que surgen entre las opositoras al prepararse para el turno de preguntas del tribunal en la defensa oral. Estas FAQs abarcan preocupaciones comunes y te servirán de repaso final:


¿Cuántas preguntas suele hacer el tribunal en la defensa oral?


No hay un número fijo, pero por lo general el tribunal realiza entre 3 y 5 preguntas, dependiendo de lo extensa que haya sido tu exposición y de sus intereses. El tiempo máximo para el debate de preguntas suele ser de unos 10 minutos, así que normalmente da para unas pocas cuestiones bien dirigidas. En algunas convocatorias oficiales se menciona explícitamente ese límite de tiempo. Prepárate para responder varias preguntas seguidas, pero no te sorprendas si solo te hacen tres, o si te hacen cinco más cortas. Lo importante es que estés lista para diferentes tipos de preguntas dentro de ese margen.


¿Qué puedo hacer si me quedo en blanco ante una pregunta del tribunal?


Lo primero, no entrar en pánico. A todos nos puede pasar un bloqueo momentáneo. Si te quedas en blanco, intenta ganar tiempo pidiendo que te repitan la pregunta o respirando hondo antes de contestar. Puedes empezar respondiendo algo relacionado aunque no sea la respuesta perfecta, para ir calentando motores. Por ejemplo, reformula la pregunta en tu respuesta: “Me está preguntando por… Bien, pues en ese caso yo…”. Así comienzas a hablar y poco a poco las ideas van fluyendo. También puedes apoyarte en el razonamiento en voz alta: pensar en alto posibles soluciones hasta llegar a una concreta. Y recuerda que el tribunal valora la serenidad: si necesitas unos segundos de silencio para pensar, tómalos (mejor eso que bloquearte por completo). Con práctica previa y técnicas de autocontrol, reducirás mucho la probabilidad de quedarte en blanco el día del examen.


¿Cómo manejo los nervios durante el turno de preguntas?


Los nervios son normales, pero se pueden gestionar con técnica. Durante el turno de preguntas, concéntrate en escuchar activamente al tribunal, eso te ancla al presente y reduce la ansiedad anticipatoria. Aplica la respiración lenta entre pregunta y respuesta. Hablar más despacio de lo habitual también te ayuda a calmarte (y al tribunal a entenderte mejor). Mantén una postura abierta, sonriendo de vez en cuando: esos gestos envían señales de seguridad tanto a los evaluadores como a tu propio sistema nervioso. Si alguna pregunta te pone especialmente tensa, puedes responder primero lo más sencillo y luego añadir más datos, para darte tiempo a tranquilizarte mientras hablas. Y sobre todo, confía en tu preparación. Piensa que cada pregunta es una conversación profesional sobre algo que dominas (tu programación, tu visión docente) y no un ataque personal. Esa mentalidad reducirá tus niveles de estrés. En resumen: respiración, escucha, hablar con calma y confianza en ti misma.


¿Qué hago si el tribunal me pregunta algo que no sé responder?


Puede ocurrir que te hagan una pregunta muy específica o técnica cuya respuesta exacta no recuerdas. Ante todo, no mientas ni divagues sin sentido, porque se notará. En lugar de eso, utiliza la estrategia de redirigir la respuesta hacia algo que sí sabes, relacionado con la pregunta. Por ejemplo, si te preguntan por un dato legislativo preciso que no recuerdas, puedes decir: “Ahora mismo no recuerdo el número de la norma, pero sé que la legislación vigente establece que… (y mencionas la idea general correcta)”. Si de plano no tienes ni idea sobre el tema, admite brevemente que ese aspecto en concreto no lo dominas aún y pon el foco en tu disposición por aprenderlo o gestionarlo: “Reconozco que tendría que informarme mejor sobre ese punto, pero llegado el caso me asesoraría con compañeros del claustro o buscaría la formación necesaria para aplicarlo correctamente”. De este modo, transformas un “no lo sé” en un “sé cómo conseguirlo o solucionarlo”. Es mejor esa honestidad proactiva que intentar improvisar una respuesta errónea. Y siempre que puedas, conecta con algo que sí sabes: demuestra que aunque te falle ese dato, sí manejas el contexto general. El tribunal entiende que no lo sabemos absolutamente todo, pero valorará tu reacción: que mantengas la calma, que no te hundas y que muestres actitud profesional incluso al reconocer un vacío.


¿Las preguntas del tribunal se centran solo en mi programación y unidad didáctica?


No, el tribunal puede preguntarte sobre diversos ámbitos relacionados con tu preparación docente. Por supuesto, muchas preguntas versarán sobre tu programación y unidad (justificación de decisiones, metodología, evaluación, atención a la diversidad, etc.), ya que es el contenido que has presentado. Pero también es común que pregunten sobre el currículo oficial de Infantil (por ejemplo, competencias clave, objetivos de etapa, elementos transversales), sobre legislación educativa vigente (leyes, decretos autonómicos, normativa de inclusión…) y sobre tu visión o experiencias profesionales. Incluso pueden plantear supuestos prácticos breves: “¿Qué harías si… (tal situación en el aula)?”, similares a los que hemos analizado. En definitiva, quieren evaluar tu dominio integral: tanto teórico (conocer currículo y leyes) como práctico (saber aplicar metodologías, gestionar el aula, etc.). Por ello, cuando prepares tu defensa oral, repasa bien la normativa y el currículo aplicable (LOMLOE, RD de enseñanzas mínimas, decreto de tu comunidad, etc.) y ten claros los fundamentos de tus elecciones didácticas. Así podrás responder con propiedad aunque la pregunta se salga de lo estrictamente escrito en tu programación.


(¿Tienes más dudas sobre la defensa oral o el tribunal? Te recomendamos leer nuestro post “Consejos para la defensa oral de tu programación”, donde abordamos más preguntas típicas y cómo prepararlas.)


En conclusión, enfrentarse a las preguntas difíciles del tribunal durante la defensa oral de las oposiciones de Educación Infantil es un reto, pero con las estrategias adecuadas se convierte en una oportunidad para lucirte como futura maestra. Prepara tu programación pensando en la realidad del aula, practica posibles cuestiones, y entrena tu mente para responder con calma y coherencia. Así, cuando el tribunal te pregunte “¿Y si tu alumnado no conecta...?”, tú podrás sonreír y responder con seguridad, demostrando tu preparación, tu pasión docente y tu capacidad de adaptación. Recuerda que cada pregunta superada te acerca un paso más a tu plaza. ¡No dejes que el miedo al “¿y si...?” te detenga! Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles para afrontar el turno de preguntas sin bloqueos y con confianza. Si te ha gustado el artículo, te invitamos a seguir leyendo otros posts del blog, donde encontrarás más tips sobre defensa oral, diseño de unidades y gestión emocional en oposiciones. También nos encantará saber tu opinión: ¿qué pregunta del tribunal te preocupa más a ti? Déjanos un comentario con tus dudas o experiencias, así aprendemos juntas. Y si quieres recibir más contenidos útiles, suscríbete a nuestra newsletter para no perderte ninguna novedad. ¡Mucho ánimo opositoras, vosotras podéis con este desafío! 💪📚👩‍🏫




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