La importancia de las pausas activas durante el estudio de Oposiciones de Educación Infantil
- OPOSICIONES INFANTIL
- 3 jun
- 11 Min. de lectura

Cuando enfrentas un temario de oposiciones de Educación Infantil, las horas frente a los apuntes y los esquemas pueden resultar agotadoras. Sin darte cuenta, tu cuerpo se olvida de moverse y tu mente pierde agilidad: comienzas a sentir rigidez en el cuello, falta de concentración y cierta apatía. En esos momentos es cuando las pausas activas se convierten en tu mejor aliado. Incorporar descansos breves con ejercicios sencillos no solo reduce la tensión muscular, sino que reactiva la circulación sanguínea y revitaliza tu cerebro. En este artículo descubrirás por qué debes intercalar pausas activas en tus rutinas de estudio, qué ejercicios puedes realizar en cinco minutos y cómo planificar tu tiempo para integrar estos momentos sin sacrificar horas de preparación.
¿Qué entendemos por “pausa activa”?
Una pausa activa es un breve intervalo durante el estudio en el que, en lugar de permanecer sentado o inmóvil, realizas movimientos o estiramientos que favorecen el flujo sanguíneo y la movilidad articular. A diferencia de simplemente “descansar los ojos” o navegar en el móvil, una pausa activa implica acción consciente: estirar los brazos sobre la cabeza, girar suavemente el tronco, subir y bajar escaleras durante un minuto o hacer movimientos de tobillos y muñecas. El objetivo principal no es sudar o llevar a cabo una rutina intensa de deporte, sino interrumpir la postura estática, prevenir molestias físicas y oxigenar el cerebro.
En el contexto de las oposiciones de Educación Infantil, donde el estudio suele prolongarse por varias horas seguidas, estas pausas son fundamentales porque:
Combaten la fatiga mental y física: Cada vez que incorporas un pequeño bloque de movimiento, envías oxígeno fresco y glucosa al cerebro, lo que mejora tu capacidad de atención.
Reducen la tensión muscular y el riesgo de lesiones posturales: Estar encorvado sobre apuntes o esquemas durante mucho tiempo provoca contracturas en el cuello, hombros y espalda. Una pausa activa restablece la longitud de los músculos y evita los dolores crónicos.
Mejoran el ánimo y disminuyen el estrés: El movimiento genera endorfinas, neurotransmisores asociados a la sensación de bienestar. En medio de la presión de la convocatoria, estos pequeños incrementos de energía pueden marcar la diferencia.
Beneficios cognitivos y emocionales de intercalar pausas activas
Cuando tu meta es obtener plaza de docente de Infantil, no basta con memorizar la legislación o dominar las teorías del desarrollo infantil: también necesitas mantener claridad mental y gestionar tus emociones. Numerosos estudios en neuropsicología y ergonomía educativa coinciden en que las pausas activas, por breves que sean, producen efectos directos en la función cognitiva y en el estado de ánimo.
1. Refuerzan la capacidad de concentración. Cada bloque de estudio prolongado (por ejemplo, 45–60 minutos) termina generando un pico de saturación en las conexiones neuronales. Al moverte, facilitas el recambio de nutrientes y desechos en el tejido cerebral. Así, al volver al temario, eres capaz de retener mejor los conceptos complejos (p. ej., los principios de la LOMLOE o las etapas de desarrollo según Piaget).
Aumentan la velocidad de procesamiento. Después de una pausa activa de cinco minutos (por ejemplo, caminar por el pasillo o estirar piernas y espalda), tu cerebro restablece niveles óptimos de dopamina y norepinefrina, neurotransmisores implicados en la atención sostenida. Esto se traduce en que resuelves más rápido las preguntas de un cuestionario de autoevaluación y reduces los errores por despiste.
Equilibran las emociones. El estudio intensivo de oposiciones genera ansiedad: la idea de “no saberlo todo” o de fallar en el examen oral presiona tu sistema. Una breve rutina de ejercicios (respiraciones profundas acompañadas de rotaciones de cuello y hombros) activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de calmar la reacción de estrés. Con ello, recuperas la calma y vuelves a la mesa con una actitud más tranquila y segura.
Cómo integrar pausas activas en tu planificación de estudio
Para que las pausas activas dejen de ser un “extra” y se conviertan en un hábito, es imprescindible planificar tu jornada de estudio de forma realista. A continuación, encontrarás un procedimiento por fases que te ayudará a ajustar tu planificación semanal:
Fase 1: Estructura tu calendario de estudio– Divide tu rutina diaria en bloques de 50 minutos de estudio y 10 minutos de pausa. Elige un temporizador (puede ser una app de productividad, ver más abajo) que te avise sin que tengas que mirar el reloj. De ese modo, estableces una rutina de 6 ciclos de 50’ + 10’ en tu jornada de estudio matinal y otros 4 ciclos en la vespertina, si tu ritmo lo permite. – En tu planning semanal, marca en color cada Bloque Temático (Legislación, Desarrollo infantil, Metodologías, etc.) y destina un número determinado de bloques según prioridades. Por ejemplo, si el Viernes tienes Simulacro de examen, reserva el Jueves para repasar con pausas activas cada 45 minutos.
Fase 2: Definición de ejercicios y tiempo dedicado– En cada pausa de 10 minutos, dedica 5 minutos a estiramientos y movimientos suaves y 5 minutos a reposo mental (meditación breve o respiración consciente). De ese modo, combinas la activación física con un descanso cognitivo. – Define un lugar físico: si estudias en casa, aparta una pequeña zona despejada donde puedas estirarte sin obstáculos. Si estudias en biblioteca o sala de estudio, busca un pasillo o una zona común donde puedas caminar y realizar sentadillas suaves sin molestar a los demás.
Fase 3: Evaluación periódica– Cada fin de semana, analiza qué pausas te funcionaron mejor: ¿te activaste lo suficiente? ¿Te resultó difícil volver a concentrarte al tercer bloque? Ajusta el timer: quizás 50+10 no sea ideal para ti, y prefieras 45+15.– Anota en tu diario de estudio cómo te sentiste tras cada pausa: si al volver al temario lograste retener mejor o, por el contrario, te costó volver a leer. Este registro te ayudará a detectar patrones y optimizar tu rutina.
Ejemplos prácticos de pausas activas en 5–10 minutos
A continuación, describimos rutinas sencillas y eficaces que puedes realizar en pocos minutos, incluso en espacios reducidos. Cada conjunto de ejercicios está diseñado para activar distintas partes del cuerpo y reducir la tensión acumulada.
1. Estiramientos de cuello y hombros (2–3 minutos)
Rotaciones de cuello: Inclina la cabeza lentamente hacia adelante, hacia el hombro derecho, de regreso al centro y hacia el hombro izquierdo. Repite 5 veces.
Círculos con hombros: Eleva ambos hombros hasta las orejas y descríbelos con movimientos circulares hacia atrás durante 10 segundos; luego, haz el mismo movimiento hacia adelante. Repite 3 veces cada dirección.
Estiramiento lateral de trapecio: Coloca la mano derecha en la cadera derecha y, con la mano izquierda, inclina suavemente la cabeza hacia la izquierda, sintiendo el estiramiento en el hombro derecho. Mantén 10 segundos y cambia de lado.
2. Movilidad de tronco y caderas (2–3 minutos)
Giros suaves de cintura: De pie, con piernas abiertas a la altura de hombros, coloca las manos en las caderas y gira lentamente el tronco hacia la derecha y la izquierda, manteniendo las rodillas un poco flexionadas. Realiza 10 repeticiones por cada lado.
Estiramiento de cadera en posición de pie: Eleva la rodilla derecha al pecho, abrazándola con los brazos, sostén 5 segundos y baja. Repite con la izquierda. Hazlo 5 veces por cada lado.
Rotaciones de tobillos: Apoya la punta de un pie y haz círculos con el tobillo, 5 rotaciones en un sentido y 5 en el contrario. Cambia de pie.
3. Activación de piernas y circulación (2 minutos)
Sentadillas suaves: Con piernas separadas a la anchura de caderas, desciende el tronco como si fueras a sentarte en una silla invisible, mantén la mirada al frente y sube lentamente. Realiza 10 repeticiones sin forzar las rodillas.
Sube y baja escalones: Si tienes a mano un escalón (incluso en tu rellano de casa), sube con pie derecho, sube con pie izquierdo, baja primero pie derecho, luego pie izquierdo. Hazlo de manera continua durante 1 minuto.
Punta y talón: De pie, con espalda erguida, sube sobre las puntas de los pies durante 3 segundos y baja al talón durante otros 3 segundos. Repite 10 veces para activar el retorno venoso.
4. Respiración consciente y relajación (2 minutos)
Postura neutra: Siéntate de nuevo en tu mesa, apoya la espalda recta contra el respaldo y coloca las manos sobre los muslos.
Respiración diafragmática: Inhala contando mentalmente hasta 4, sintiendo cómo el abdomen se expande; retén 1 segundo; exhala contando hasta 6, notando cómo el abdomen se relaja. Repite 5 veces.
Escaneo corporal breve: Cierra los ojos y recorre mentalmente desde la cabeza hasta los pies, identificando si hay zonas de tensión. Suelta conscientemente cada área mientras exhalas.
Con estos cuatro bloques de ejercicios puedes confeccionar tu propia “pausa activa ideal”: por ejemplo, 2 minutos de estiramientos de cuello y hombros, 2 minutos de movilidad de tronco, 2 minutos de activación de piernas y 2 minutos de respiración consciente; total: 8 minutos de descanso activo.
Impacto de las pausas activas en tu rendimiento como opositor/a
Cuando rindes una oposición, la clave no es solo cuántas horas dedicas, sino la calidad de tu estudio. Está demostrado que intercalar pausas activas mejora tanto la agudeza mental como el bienestar emocional. Observa estos efectos concretos a lo largo de tu preparación:
Menor estrés acumulado: Después de varios días estudiando sin moverte, es frecuente sentir dolores de cabeza, ansiedad y falta de sueño reparador. Las pausas detienen esa escalada y favorecen un descanso nocturno más profundo, porque tu cuerpo libera la tensión muscular antes de ir a la cama.
Mejor memorización a largo plazo: Al volver a la mesa tras un ejercicio breve, tu cerebro consolida mejor la información estudiada previamente. Esto se debe a que la actividad física moderada aumenta la liberación de BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor), una proteína clave para la plasticidad cerebral.
Menor riesgo de lesiones posturales: Opositores/as que estudian largas horas frente al ordenador suelen desarrollar cervicalgias o lumbalgias crónicas. Con pausas donde hagas estiramientos de columna y movilidad de cadera, disminuyes el riesgo de lesiones que podrían apartarte temporalmente del estudio.
Motivación reforzada: Una pausa activa cada 50 minutos genera pequeños hitos en tu rutina. Decir “bien, ya llevo tres bloques de estudio con sus descansos” te ofrece una sensación de logro constante, evitando la sensación de “aún me falta tanto…” que mina la motivación.
Consejos de diseño instruccional y UX para optimizar tus pausas
Desde la perspectiva de un experto en diseño instruccional y experiencia de usuario, no basta con prohibir al opositor/a pasar tres horas sin moverse; debes contemplar el estudio y la pausa activa como partes integradas de tu instrucción. A continuación, algunas recomendaciones:
Claridad en las instrucciones: Define cada ejercicio de forma breve pero precisa. Por ejemplo, en el planning semanal, no escribas “pausa activa”; especifica “5’ estiramientos cuello-hombro y 5’ sube/baja escalón”.
Feedback visual: Utiliza una app o cronómetro que muestre un diagrama circular (tipo “círculo que se va llenando”) para indicar el tiempo restante de estudio y de pausa. Esa señal visual ayuda a tu cerebro a prepararse para cambiar de actividad.
Integración de elementos multimedia: Crea o descarga vídeos de 5 minutos que combinen estiramientos y respiraciones, orientados específicamente a estudiantes. De esta forma, solo debes reproducir el clip y seguirlo sin pensar qué ejercicio viene después.
Ambiente amigable: Organiza tu espacio de estudio de modo que tengas a mano una esterilla delgada o una pequeña alfombra donde puedas hacer estiramientos sin necesidad de apartar libros o sillas. Así, cuando suene el temporizador, no haya fricción: simplemente te levantas y comienzas.
Implementar estas pautas no solo optimiza las pausas activas; también facilita la experiencia de estudio al crear un entorno donde tu atención se reconcentra rápidamente y el aprendizaje fluye sin interrupciones frustrantes.
Recursos TIC para recordar y guiar tus descansos
Para que no dependas solo de tu fuerza de voluntad, conviene apoyarte en herramientas digitales que te avisen, guíen y motiven a completar cada pausa activa:
Pomodoro Timer – Focus To-Do, Esta app te permite definir ciclos de estudio de 25 ó 50 minutos y pausas de 5 ó 10 minutos. Incluye alarmas visuales y sonoras, informes de tiempo invertido en cada actividad y la posibilidad de etiquetar bloques como “Legislación” o “Desarrollo infantil”.
Stretchly (software gratuito para PC y Mac). Cada cierto tiempo, Stretchly te envía una notificación y te muestra en pantalla ejercicios sencillos de estiramiento. Admite personalizar la frecuencia (p. ej., cada 50 minutos) y la duración de la pausa (por defecto, 20 segundos de micro–pausa y 1 minuto de pausa larga).
YouTube – Rutinas express para opositores. Existen canales dedicados a ejercicios de estiramiento para personas sedentarias. Sus vídeos suelen durar entre 5 y 7 minutos, con voz en off que te guía paso a paso para estirar cuello, hombros, lumbares y piernas. Bastará con marcar una playlist creada por ti para cada día de la semana.
Google Calendar con recordatorios. Crea un evento recurrente cada 50 minutos titulado “Pausa Activa” y configúralo con una notificación emergente y/o sonora. Así, aunque cambies de habitación o levantes la música, seguirás recibiendo el aviso para moverte.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1. ¿Cada cuánto tiempo debo hacer una pausa activa si estudio más de 4 horas seguidas?
Lo recomendable es intercalar pausas cada 45–50 minutos de estudio. Si tu jornada supera las cuatro horas sin interrupción, tu rendimiento decae significativamente. Por ejemplo, si estudias de 9:00 a 13:00, organiza cuatro bloques de 50 minutos y cuatro pausas de 10 minutos.
2. ¿Puedo realizar las pausas activas mientras continúo leyendo levemente el temario o es mejor desconectar totalmente?
Es preferible desconectar totalmente: el objetivo de la pausa es cambiar de posición y de foco mental. Si sigues leyendo o memorizando durante esos minutos, no potenciarás la liberación de tensión ni el flujo sanguíneo óptimo. Dedica la pausa únicamente a moverte o a respirar conscientemente.
3. ¿Es suficiente con estiramientos ligeros o debo incluir algún ejercicio cardiovascular durante la pausa?
Para la mayoría de opositores/as, estiramientos ligeros y movimientos articulares (cervicales, hombros, tronco, piernas) bastan para reactivar la circulación. Sin embargo, si cuentas con un espacio más amplio y dispones de tiempo (por ejemplo, 10 minutos), subir y bajar escaleras o caminar rápidamente alrededor de la casa añade un estímulo cardiovascular que eleva aún más tu energía. Ajusta la intensidad según tu condición física y el espacio disponible.
4.¿Cómo adapto las pausas activas si estudio en una biblioteca o sala compartida?
En ese caso, prioriza ejercicios discretos: rotaciones de cuello, estiramiento lateral de trapecio o movilización de tobillos y muñecas. Si resulta factible, sal a un pasillo cercano y camina durante 2 minutos. Evita movimientos bruscos o ruidosos que distraigan a otros usuarios.
5. ¿Realizar pausas activas interrumpe mi flujo de estudio y reduce mi productividad?
Al contrario: tras varias horas sin moverme, pierdo agudeza mental y cometo más errores. Diversos estudios en neurociencia demuestran que un breve descanso con ejercicio ligero restablece la atención y mejora la calidad de las siguientes horas de estudio. Si la planificación es adecuada, la pausa no se percibe como un obstáculo sino como una parte esencial del proceso.
En conclusión, incorporar pausas activas durante tu preparación de oposiciones de Educación Infantil no es un lujo; es una estrategia avalada por la ergonomía y la neurociencia. Al planificar bloques de estudio de 50 minutos con descansos de 10 minutos en los que combines estiramientos suaves, movilidad articular y respiración consciente, no solo previenes lesiones musculares y posturales, sino que mejoras tu concentración, velocidad de procesamiento y bienestar emocional.
Anímate a probar este método durante una semana completa: organiza tu planning, descarga una app de temporizador o programa Google Calendar, y dedica cada descanso a moverte de forma breve pero efectiva. Verás cómo al cabo de pocos días tu mente estará más clara, tu cuerpo más relajado y tus resultados en los simulacros de examen mejorarán.
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