Vueltas y arrastre: técnica para memorizar el temario de oposiciones de Educación Infantil
- OPOSICIONES INFANTIL
- 18 mar
- 9 Min. de lectura
Preparar una oposición con un temario extenso puede ser abrumador, pero existen métodos de estudio que te ayudan a organizar y memorizar la información de forma efectiva. Uno de los más conocidos entre opositores es el sistema de vueltas y arrastre, una estrategia que combina repasos periódicos con un avance sistemático a través de todos los temas.
En esencia, “vueltas y arrastre” engloba dos técnicas de estudio utilizadas por muchos opositores para abarcar y retener todo el temario. A continuación, definimos en qué consiste cada una:
Sistema de vueltas: repasar el temario en varias rondas
El sistema de vueltas consiste en estudiar todos los temas del temario dando múltiples “rondas” de estudio de principio a fin. En la primera vuelta recorres todos los temas uno a uno, sin realizar repasos de los ya vistos hasta completar el temario. Una vez terminada esa primera ronda, inicias la segunda vuelta volviendo al tema 1; en esta etapa, como ya cuentas con una base previa, puedes avanzar más rápido, dedicando menos tiempo por tema o abarcando más temas por semana. Con cada vuelta sucesiva aumentas el ritmo de estudio (más temas o menos tiempo por tema), de modo que al final eres capaz de repasar todo el contenido en mucho menos tiempo.
Este método te proporciona una visión global del temario rápidamente y hace el estudio más dinámico, pues cada semana enfrentas contenidos nuevos. Sin embargo, al no repasar periódicamente, existe el riesgo de que al comenzar la segunda vuelta hayas olvidado parte de lo estudiado en la primera. Por ello, muchos opositores combinan las vueltas con técnicas de repaso que subsanen ese olvido, como veremos a continuación.
Sistema de arrastre: combinar nuevos temas con repasos continuos
Por su parte, el sistema de arrastre propone alternar el estudio de temas nuevos con el repaso frecuente de los temas ya estudiados. Nunca “sueltas” un tema tras verlo por primera vez, sino que lo vas arrastrando en tus sesiones de estudio posteriores para reforzar su aprendizaje.
Por ejemplo, si la primera semana estudias los temas 1 al 5, la segunda semana podrías estudiar los temas 6 al 10 mientras repasas del 1 al 5. En la tercera semana avanzarías con los temas 11 al 15 y repasarías los temas 1 al 10 (los ya vistos en semanas previas), y así sucesivamente. De este modo, en cada nueva etapa una parte de tu tiempo se dedica a contenidos nuevos y otra parte a repasar contenidos anteriores.
El resultado es que los conceptos se fijan mejor en la memoria a largo plazo gracias a la repetición continua. El sistema de arrastre garantiza que los temas ya vistos se mantengan frescos, aumentando tu seguridad y dominio del temario conforme avanzas. Como contrapartida, el progreso puede sentirse más lento y repetitivo, ya que debes invertir tiempo en repasar en lugar de dedicarlo solo a temas nuevos. No obstante, muchos opositores consideran que esta inversión extra de tiempo vale la pena, pues logran una memorización más sólida del temario y evitan lagunas al final del estudio.
Cómo aplicar eficazmente el método de vueltas y arrastre en tu plan de estudio
La aplicación de este método requiere una buena planificación del tiempo y los temas. Según tus circunstancias, puedes optar por un sistema de vueltas puro, un sistema de arrastre puro o una combinación de ambos. Lo importante es estructurar tu plan de estudio de modo que cubras todo el temario a la vez que repases lo suficiente para fijar los conocimientos.
Para aplicar eficazmente el sistema de vueltas y arrastre en tu estudio, ten en cuenta los siguientes pasos generales:
Divide el temario y establece un calendario: Determina cuántos temas vas a estudiar por semana en la primera fase. Esto depende del número de temas totales y del tiempo hasta el examen. Reparte el temario en bloques manejables para ti.
Realiza una primera vuelta completa: Avanza por todos los temas según lo planificado, sin detenerte todavía a repasar los ya estudiados. El objetivo de esta primera vuelta es cubrir todo el contenido y comprenderlo, aunque no lo memorices a la perfección en esta etapa.
Incorpora repasos periódicos (arrastre): Mientras avanzas, reserva cada semana un espacio para repasar los temas de semanas anteriores. Por ejemplo, puedes dedicar el último día de la semana o algunas horas a refrescar los temas ya vistos. Así evitarás olvidarlos por completo al pasar a los siguientes.
Aumenta el ritmo en vueltas sucesivas: Una vez hayas visto todo el temario, vuelve al inicio y repite el recorrido dando una segunda vuelta más rápida. Puedes estudiar más temas por semana o profundizar menos en los detalles, enfocándote en recordar y afianzar las ideas principales. En vueltas posteriores, acelera aún más el repaso para optimizar el tiempo.
Lleva un registro de tu progreso: Anota qué temas has estudiado y cuántas vueltas les has dado. Puedes usar una hoja de control o agenda donde marques cada vez que repasas un tema. Esto te dará una visión clara de tu avance, te recordará cuándo toca repasar un bloque y te motivará al ver lo que vas consiguiendo.
Esta planificación debe adaptarse al tamaño de tu temario y al tiempo del que dispongas. Si tu oposición tiene pocos temas, las vueltas serán más cortas; si el temario es muy amplio, quizás necesites más rondas o un arrastre más intenso. A continuación, presentamos un ejemplo práctico de cómo podría llevarse a cabo este sistema en la especialidad de Educación Infantil.
Ejemplo práctico: aplicación del sistema de vueltas y arrastre en Educación Infantil
Imaginemos que preparas una oposición de Educación Infantil con un temario de 25 temas. Así podrías organizar tu estudio combinando vueltas y arrastre semana a semana:
Semana 1: Estudia los temas 1 al 5 (temas nuevos).
Semana 2: Estudia los temas 6 al 10 (nuevos) + repasa los temas 1-5 (vistos en semana 1).
Semana 3: Estudia los temas 11 al 15 (nuevos) + repasa los temas 1-10 (vistos en semanas anteriores).
Semana 4: Estudia los temas 16 al 20 (nuevos) + repasa los temas 1-15.
Semana 5: Estudia los temas 21 al 25 (nuevos) + repasa los temas 1-20.
Semana 6: Repaso general de los 25 temas. Puedes aprovechar esta semana para dar por terminada la primera vuelta y consolidar lo aprendido: vuelve a leer/resumir cada tema, realiza esquemas globales o haz simulacros de examen escritos para comprobar cuánto recuerdas de cada uno.
Semana 7: Segunda vuelta rápida al temario completo. Por ejemplo, repasa los 25 temas en una semana (aproximadamente 5 temas por día), enfocándote en recordar las ideas principales de cada uno y aclarar las dudas pendientes.
En este ejemplo, al finalizar la semana 7 habrás estudiado todos los temas y cada uno habrá sido repasado al menos dos veces (una durante el arrastre semanal y otra en la vuelta rápida final). A partir de aquí, podrías seguir dando más vueltas al temario hasta la fecha del examen, cada vez en menos tiempo, o centrarte en repasos selectivos de aquellos temas que te resulten más difíciles. Lo importante es que has mantenido todos los temas activos en tu memoria durante semanas, evitando olvidos y llegando al final con una visión completa y asentada del temario.
Beneficios del sistema de vueltas y arrastre para la memorización y el aprendizaje progresivo
La combinación de vueltas y arrastre ofrece múltiples ventajas en tu preparación opositoria. Algunos de los beneficios más destacados son:
Memorización a largo plazo mejorada: Al repasar los temas de forma continua (arrastre) y volver sobre ellos en distintas rondas, los conocimientos se transfieren de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo con mayor solidez. Se combate la temida “curva del olvido” gracias a las revisiones periódicas.
Visión global del temario desde el inicio: Con el sistema de vueltas logras ver todo el temario relativamente pronto. Esto te permite entender el contexto general, relacionar conceptos entre distintos temas y no dejar ningún contenido olvidado hasta última hora.
Aprendizaje progresivo y estructurado: Cada vuelta añade una capa de comprensión o detalle sobre la anterior. Vas construyendo el conocimiento de forma progresiva: primero una base general y luego profundizando o afianzando con cada repaso. Esto facilita asimilar gradualmente incluso temarios muy extensos sin saturarte.
Mayor confianza y seguridad: El hecho de repasar frecuentemente hace que compruebes tus avances de forma continua. Al llegar al examen, no te enfrentas a temas “olvidados” desde hace meses, sino que los tienes frescos. Esa sensación de dominio y familiaridad con el temario aumenta tu confianza el día de la prueba.
Estudio más equilibrado y eficiente: El método evita dedicar un exceso de tiempo a unos temas en detrimento de otros. Gracias a la planificación, todos los temas reciben atención. Además, las vueltas rápidas finales optimizan el tiempo de repaso, centrando el esfuerzo donde más se necesita y evitando releer de cero cada vez.
Estrategias complementarias para potenciar el sistema de vueltas y arrastre
Además de seguir el método de vueltas y arrastre en sí, puedes incorporar estrategias adicionales que potenciarán tu aprendizaje y rendimiento. A continuación, algunas técnicas complementarias que te ayudarán a sacar el máximo partido a cada vuelta y repaso:
Practica el repaso activo para reforzar la memoria
No basta con releer apuntes; para memorizar de verdad es fundamental el repaso activo. Esta técnica consiste en intentar recuperar la información de tu memoria en lugar de solo reconocerla visualmente. Por ejemplo, después de estudiar un tema, cierra el temario e intenta escribir un resumen de sus ideas principales de memoria, o hazte preguntas sobre el contenido como si fuera un cuestionario. También puedes utilizar tarjetas de memoria (flashcards) con datos o conceptos clave y probarte periódicamente. Explicar el tema en voz alta, como si lo enseñaras, es otra forma eficaz de repaso activo. Al aplicar estas dinámicas en cada arrastre o vuelta, estarás consolidando mucho más la información: obligas a tu cerebro a recordar activamente y fortaleces las conexiones neuronales asociadas a cada tema, logrando una retención mucho más duradera.
Organiza tu tiempo de estudio de manera eficiente
Una buena organización del tiempo es clave para que el sistema de vueltas y arrastre funcione. Comienza elaborando un plan de estudio semanal realista, indicando qué temas nuevos vas a estudiar y cuáles vas a repasar cada día. Intenta mantener un horario consistente: por ejemplo, dedicar ciertas horas fijas cada tarde a estudiar, y reservar franjas específicas para los repasos. No olvides incluir descansos regulares (por ejemplo, la técnica Pomodoro de 25 minutos de estudio por 5 de descanso puede ayudarte a mantener la concentración sin agotarte).
También es importante ser flexible y ajustar la planificación según necesites. Si una semana no logras completar todos los temas previstos, reestructura el calendario para la siguiente semana de forma que no queden temas permanentemente rezagados. La eficiencia no significa estudiar corriendo, sino estudiar con constancia y criterio. Organizar bien tu tiempo te permitirá cumplir con las vueltas y repasos programados, llegar sin prisas de último momento y equilibrar el estudio con otras responsabilidades personales si las tienes.
Apóyate en herramientas digitales y recursos de estudio
La tecnología puede ser una gran aliada para llevar a cabo el sistema de vueltas y arrastre de manera más efectiva. Por ejemplo, puedes usar herramientas digitales para planificar y hacer seguimiento de tu estudio: una hoja de cálculo o tabla donde marques cada tema y anotes las fechas de cada vuelta o repaso realizado te dará un control visual de tu progreso. Existen también aplicaciones móviles y plataformas en línea diseñadas para la gestión del estudio, en las que puedes registrar tareas diarias, establecer recordatorios de repaso e incluso analizar cuánto tiempo dedicas a cada bloque del temario.
Otro recurso útil son las apps de flashcards o de test de autoevaluación, que combinan perfectamente con el repaso activo. Crear tarjetas digitales de cada tema (por ejemplo, con definiciones, fechas, autores, conceptos clave de Educación Infantil, etc.) te permitirá practicar en cualquier momento y repasar de forma espaciada e inteligente. Algunas aplicaciones te van mostrando las tarjetas que te cuestan con más frecuencia y espacian las que ya dominas, optimizando tus repasos durante el arrastre. Del mismo modo, hacer uso de bancos de preguntas tipo test o quizzes en línea sobre tu temario puede ser un complemento motivador para evaluar cuánto recuerdas en cada vuelta.
En cuanto a organización, puedes aprovechar calendarios digitales (Google Calendar, Outlook…) para programar tus sesiones de estudio y recibir alertas, o temporizadores en el móvil para aplicar técnicas de gestión del tiempo como Pomodoro. Tener estas ayudas tecnológicas a mano te mantiene en ruta: sabrás qué toca estudiar o repasar cada día, verás tu evolución y podrás corregir el rumbo si algo no va según lo previsto. Todo ello reduce estrés y aumenta la motivación, ya que vas convirtiendo el estudio en un proceso medible y manejable apoyándote en herramientas modernas.
En resumen, el sistema de vueltas y arrastre puede convertirse en tu gran aliado para estudiar oposiciones de manera eficaz. Combinando este método con técnicas de repaso activo, una buena planificación del tiempo y el apoyo de herramientas digitales, lograrás memorizar el temario progresivamente y llegar al examen con los deberes bien hechos. Recuerda que cada opositor es diferente: adapta estas recomendaciones a tu estilo de aprendizaje y circunstancias personales. Mantén la constancia y la motivación día a día, porque cada vuelta que das al temario te acerca un paso más a tu meta. ¡Mucho ánimo en tu preparación, opositor, el esfuerzo tiene recompensa!
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