¿Te has apuntado a las oposiciones de infantil 2024 y te has dado cuenta de que no has estudiado lo suficiente? ¿Te sientes agobiado y no sabes por dónde empezar? ¿Crees que ya es demasiado tarde para prepararte bien y aprobar? Si te identificas con alguna de estas situaciones, este artículo es para ti. Te voy a dar algunos consejos prácticos y efectivos para que puedas estudiar una oposición en el último momento y tener más posibilidades de éxito.
Pero antes de empezar, quiero que sepas algo muy importante: estudiar una oposición en el último momento no es lo ideal ni lo recomendable. Si quieres presentarte a unas oposiciones, lo mejor es que te planifiques con tiempo, que te organices bien, que estudies de forma constante y que te apoyes en un buen material y en una buena academia o preparador. Así tendrás más garantías de aprender, de asimilar los contenidos, de resolver tus dudas y de afrontar las pruebas con confianza y seguridad. Sin embargo, sé que a veces la vida se complica y que no siempre podemos hacer las cosas como nos gustaría.
Quizás has tenido problemas personales, laborales o de salud que te han impedido dedicarle el tiempo necesario al estudio. Quizás has subestimado la dificultad de la oposición o te has confiado demasiado. Quizás has procrastinado o te has distraído con otras cosas. Sea cual sea el motivo, ahora te encuentras con que tienes poco tiempo para prepararte y mucho temario que estudiar. ¿Qué puedes hacer en esta situación? ¿Tirar la toalla y renunciar a tu sueño de ser maestro de infantil? ¿O intentar aprovechar el tiempo al máximo y dar lo mejor de ti mismo? Si has elegido la segunda opción, sigue leyendo.
Te voy a mostrar cómo estudiar una oposición en el último momento con una estrategia basada en cuatro pasos: priorizar, optimizar, repasar y relajar. ¿Quieres saber en qué consisten? Pues no te pierdas el resto del artículo, porque te lo voy a explicar con detalle. Y además, te voy a dar algunos recursos y enlaces que te pueden ser de utilidad. ¿Estás listo? Pues vamos allá.
Paso 1: Priorizar
El primer paso para estudiar una oposición en el último momento es priorizar. Esto significa que tienes que seleccionar los temas y los contenidos más importantes y relevantes para la oposición, y centrarte en ellos. No puedes pretender estudiar todo el temario con el poco tiempo que te queda, porque eso sería imposible y contraproducente. Lo que tienes que hacer es identificar las partes esenciales, las que más se suelen preguntar, las que más peso tienen en la nota o las que más te cuestan, y dedicarles más atención y esfuerzo. ¿Cómo puedes priorizar el temario? Hay varias formas de hacerlo, pero te voy a dar algunas ideas:
Consulta las bases de la convocatoria y revisa los criterios de evaluación de cada prueba. Así sabrás qué se espera de ti y qué aspectos se valoran más.
Busca exámenes de años anteriores y analiza las preguntas más frecuentes y las más difíciles. Así podrás hacerte una idea de qué temas son más relevantes y qué tipo de preguntas te pueden hacer.
Pide ayuda a tu academia o preparador, si tienes uno, y sigue sus recomendaciones y orientaciones. Ellos tienen más experiencia y conocimiento sobre la oposición y te pueden aconsejar sobre qué temas priorizar y cómo estudiarlos.
Usa un material de calidad y actualizado, que sea claro, conciso y completo. Evita los materiales que sean demasiado extensos, confusos o desfasados, porque te harán perder el tiempo y te pueden inducir a errores.
Crea un esquema o mapa mental de cada tema, resaltando las ideas principales y los datos clave. Así podrás tener una visión global y sintética del tema, y facilitarás tu comprensión y memorización.
Una vez que hayas priorizado el temario, tendrás que hacer un plan de estudio que se adapte al tiempo que te queda y a los temas que has seleccionado. El plan de estudio debe ser realista, flexible y equilibrado, es decir, que tenga en cuenta tus circunstancias personales, que te permita hacer ajustes si es necesario y que reparta el tiempo entre las diferentes pruebas y contenidos. Un buen plan de estudio debe incluir los siguientes elementos:
Los objetivos que quieres conseguir cada día, cada semana y cada mes. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales (SMART, por sus siglas en inglés). Por ejemplo, un objetivo SMART podría ser: “Estudiar el tema 3 de la parte A del temario en dos horas, haciendo un resumen y un esquema”.
El horario que vas a seguir cada día, indicando las horas de estudio y las horas de descanso. El horario debe ser fijo, regular y compatible con tus otras actividades y obligaciones. Por ejemplo, si trabajas por la mañana, puedes estudiar por la tarde o por la noche, pero siempre a la misma hora y con una duración determinada.
Las técnicas de estudio que vas a utilizar para cada tema y cada prueba. Las técnicas de estudio son los métodos y recursos que te ayudan a mejorar tu rendimiento académico, como por ejemplo: leer, subrayar, resumir, esquematizar, hacer mapas mentales, hacer preguntas, hacer ejercicios, hacer simulacros, etc. Debes elegir las técnicas de estudio que mejor se adapten a tu estilo de aprendizaje, a tu tipo de memoria y a la naturaleza del contenido. Por ejemplo, si eres más visual, puedes usar colores, imágenes, gráficos, etc. Si eres más auditivo, puedes grabarte, escuchar audios, repetir en voz alta, etc. Si eres más kinestésico, puedes hacer gestos, movimientos, juegos, etc.
La evaluación que vas a hacer de tu progreso y de tu nivel de conocimiento. La evaluación es la forma de medir y comprobar si has alcanzado los objetivos que te habías propuesto, si has aprendido lo que tenías que aprender y si estás preparado para la oposición. Para evaluar tu aprendizaje, puedes usar diferentes herramientas, como por ejemplo: hacer autoevaluaciones, hacer tests, hacer exámenes tipo, pedir feedback, etc. La evaluación te servirá para detectar tus fortalezas y debilidades, para corregir tus errores y para mejorar tu estrategia de estudio.
Paso 2: Optimizar
El segundo paso para estudiar una oposición en el último momento es optimizar. Esto significa que tienes que aprovechar al máximo el tiempo y los recursos que tienes disponibles, y evitar todo lo que te pueda distraer, interrumpir o dificultar el estudio. No basta con estudiar mucho, también hay que estudiar bien. Y para estudiar bien, hay que tener en cuenta algunos factores que influyen en tu rendimiento, como por ejemplo:
El lugar de estudio. Debes elegir un lugar que sea cómodo, tranquilo, iluminado y ventilado, donde puedas concentrarte y no te molesten. Evita los lugares que sean ruidosos, caóticos, oscuros o incómodos, porque te harán perder la atención y el interés. También debes tener a mano todo lo que necesites para estudiar, como el material, el ordenador, el móvil, el agua, etc. Pero cuidado, no uses el móvil o el ordenador para distraerte o para consultar cosas que no tengan que ver con el estudio. Si lo haces, estarás desperdiciando el tiempo y reduciendo tu capacidad de memoria y de aprendizaje.
El momento de estudio. Debes elegir el momento que sea más adecuado para ti, según tu ritmo biológico, tu nivel de energía y tu estado de ánimo. Hay personas que estudian mejor por la mañana, otras por la tarde y otras por la noche. Lo importante es que encuentres tu momento óptimo y que lo aproveches al máximo. Evita estudiar cuando estés cansado, somnoliento, hambriento, estresado o deprimido, porque tu rendimiento será menor y tu estudio será menos eficaz.
La duración del estudio. Debes estudiar el tiempo que sea necesario y suficiente para alcanzar tus objetivos, pero sin excederte ni quedarte corto. Estudiar demasiado puede ser contraproducente, porque puede provocarte fatiga mental, pérdida de concentración, aburrimiento o ansiedad. Estudiar demasiado poco puede ser insuficiente, porque puede dejarte lagunas de conocimiento, dudas sin resolver o falta de confianza. Lo ideal es que estudies entre 3 y 5 horas al día, dependiendo de tu capacidad y de tu disponibilidad, y que lo hagas en sesiones de 45 a 60 minutos, con descansos de 10 a 15 minutos entre cada sesión. Así mantendrás tu nivel de atención, de motivación y de retención.
La forma de estudio. Debes estudiar de forma activa, participativa y reflexiva, no de forma pasiva, mecánica o superficial. Esto quiere decir que no basta con leer o memorizar el temario, sino que tienes que entenderlo, relacionarlo, aplicarlo y evaluarlo. Para ello, puedes usar diferentes estrategias, como por ejemplo: hacer preguntas, buscar ejemplos, hacer ejercicios, hacer simulacros, hacer resúmenes, hacer esquemas, hacer mapas mentales, etc. Así lograrás un aprendizaje más profundo, más significativo y más duradero.
Paso 3: Repasar
El tercer paso para estudiar una oposición en el último momento es repasar. Esto significa que tienes que revisar y reforzar los contenidos que has estudiado, para fijarlos en tu memoria y evitar que se te olviden. El repaso es una parte fundamental del estudio, porque te permite consolidar tu aprendizaje, detectar tus errores, corregir tus lagunas y aumentar tu seguridad. ¿Cómo puedes repasar el temario? Hay varias formas de hacerlo, pero te voy a dar algunas ideas:
Repasa con frecuencia y con variedad. No dejes el repaso para el final, sino que hazlo de forma periódica, siguiendo un sistema de repasos espaciados. Esto consiste en repasar el mismo contenido varias veces, pero con intervalos de tiempo cada vez más largos. Por ejemplo, puedes repasar el mismo tema al día siguiente, a la semana, al mes y al trimestre. Así aprovecharás el efecto espaciado, que es el fenómeno por el que recordamos mejor lo que hemos estudiado si lo hacemos con espacios de tiempo entre cada sesión. Además, repasa el mismo contenido de forma diferente, usando distintas técnicas de estudio, como por ejemplo: leer, subrayar, resumir, esquematizar, hacer mapas mentales, hacer preguntas, hacer ejercicios, hacer simulacros, etc. Así aprovecharás el efecto variación, que es el fenómeno por el que recordamos mejor lo que hemos estudiado si lo hacemos con distintos métodos y recursos.
Repasa con sentido y con criterio. No repases el temario de forma aleatoria, sino que hazlo de forma ordenada, lógica y coherente. Sigue un orden de dificultad, empezando por los temas y los contenidos que más te cuestan y terminando por los que más dominas. Así podrás dedicar más tiempo y esfuerzo a lo que más necesitas y repasar lo que ya sabes con más rapidez y facilidad. También sigue un orden de importancia, priorizando los temas y los contenidos que más se suelen preguntar, que más peso tienen en la nota o que más te interesan. Así podrás asegurarte de repasar lo que más te conviene y no dejar nada esencial sin repasar.
Repasa con feedback y con autoevaluación. No repases el temario de forma pasiva, sino que hazlo de forma activa, comprobando y evaluando tu nivel de conocimiento. Para ello, puedes usar diferentes herramientas, como por ejemplo: hacer autoevaluaciones, hacer tests, hacer exámenes tipo, pedir feedback, etc. Estas herramientas te servirán para medir y verificar si has alcanzado los objetivos que te habías propuesto, si has aprendido lo que tenías que aprender y si estás preparado para la oposición. También te servirán para detectar tus fortalezas y debilidades, para corregir tus errores y para mejorar tu estrategia de estudio.
Paso 4: Relajar
El cuarto y último paso para estudiar una oposición en el último momento es relajar. Esto significa que tienes que cuidar tu salud física y mental, y reducir tu nivel de estrés y de ansiedad. Estudiar una oposición es una tarea exigente y desafiante, que puede generar mucha presión y tensión. Si no gestionas bien tus emociones y tu estado de ánimo, puedes sufrir consecuencias negativas, como por ejemplo: cansancio, insomnio, irritabilidad, depresión, etc. Estas consecuencias pueden afectar a tu rendimiento, a tu motivación y a tu autoestima. Por eso, es importante que te relajes y que te cuides, tanto antes como durante y después del estudio. ¿Cómo puedes relajarte y cuidarte? Hay varias formas de hacerlo, pero te voy a dar algunas ideas:
Practica hábitos saludables. Esto implica que debes llevar una alimentación equilibrada, que te aporte los nutrientes y la energía que necesitas para estudiar. Evita las comidas grasas, azucaradas o procesadas, que pueden provocarte malestar o somnolencia. También debes hacer ejercicio físico de forma regular, que te ayude a liberar endorfinas, a mejorar tu circulación, a oxigenar tu cerebro y a relajar tus músculos. Evita el sedentarismo, que puede provocarte dolores, contracturas o problemas de salud. Además, debes dormir suficientes horas y con calidad, que te permitan descansar, recuperar y consolidar lo que has estudiado. Evita el insomnio, que puede provocarte fatiga, falta de concentración o pérdida de memoria.
Practica técnicas de relajación. Esto implica que debes aprender a controlar tu respiración, a relajar tu cuerpo y a calmar tu mente, para reducir tu nivel de estrés y de ansiedad. Hay muchas técnicas de relajación que puedes usar, como por ejemplo: la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva, la meditación, el yoga, el mindfulness, etc. Estas técnicas te ayudarán a liberar la tensión, a regular tus emociones, a aumentar tu autocontrol y a mejorar tu bienestar.
Practica actividades placenteras. Esto implica que debes dedicar un tiempo a hacer cosas que te gusten, que te diviertan y que te satisfagan, para compensar el esfuerzo y el sacrificio que supone estudiar. Hay muchas actividades placenteras que puedes hacer, como por ejemplo: leer, escuchar música, ver una película, jugar a un videojuego, salir con amigos, hacer un hobby, etc. Estas actividades te ayudarán a desconectar, a distraerte, a motivarte y a recompensarte.
Estudiar una oposición en el último momento no es la mejor opción, pero tampoco es imposible. Si sigues estos cuatro pasos: priorizar, optimizar, repasar y relajar, podrás aprovechar el tiempo al máximo y prepararte lo mejor posible para la oposición. Eso sí, no esperes milagros ni te confíes demasiado. Estudiar una oposición requiere mucho tiempo, esfuerzo y dedicación, y no hay atajos ni trucos mágicos. Lo ideal es que te planifiques con antelación, que te organices bien, que estudies de forma constante y que te apoyes en un buen material y en una buena academia o preparador. Así tendrás más garantías de aprender, de asimilar los contenidos, de resolver tus dudas y de afrontar las pruebas con confianza y seguridad. Pero si no has podido hacerlo así, no te desanimes ni te rindas. Aún estás a tiempo de dar lo mejor de ti mismo y de luchar por tu sueño de ser maestro de infantil. Recuerda que todo esfuerzo tiene su recompensa, y que con voluntad, constancia y actitud positiva, puedes conseguir lo que te propongas. ¡Ánimo y suerte!
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