Aspectos para la adquisición del lenguaje oral en la infancia. Para ampliar tema 18 Oposiciones Infantil.

El lenguaje es una de las conquistas más fascinantes del desarrollo humano. A través de él, los niños y niñas no solo comunican necesidades o deseos, sino que estructuran su pensamiento, construyen vínculos afectivos y comienzan a comprender el mundo que los rodea. Pero, ¿cómo se adquiere realmente el lenguaje oral? Este proceso, tan natural como complejo, requiere la maduración de funciones biológicas y una rica estimulación del entorno.

1. Maduración neurológica y fisiológica

La adquisición del lenguaje depende en gran medida del desarrollo de una serie de mecanismos neurológicos y fisiológicos que permiten controlar la respiración, escuchar, emitir y articular sonidos. Esta maduración sigue un ritmo propio en cada niño, aunque todos atraviesan fases similares.

• Función respiratoria: Respirar correctamente es esencial para controlar la emisión del aire durante el habla. Sin una buena coordinación respiratoria, la pronunciación y la fluidez verbal se verían afectadas.

• Función auditiva: Escuchar y discriminar sonidos constituye la base de la comprensión. Desde los primeros meses de vida, el bebé distingue la voz humana y, poco a poco, aprende a diferenciar fonemas de su lengua materna.

• Función fonadora: El llanto es la primera manifestación sonora del ser humano. Posteriormente surgen balbuceos, gorjeos y otras emisiones que, gracias a la imitación y la repetición, se transforman en sílabas y palabras.

• Función articulatoria: Con la madurez muscular y neurológica, el niño comienza a articular sonidos más precisos. Por aprobación y repetición de aquellos más parecidos a los de su entorno lingüístico, irá configurando su repertorio fonético.

En esta primera etapa, el cuerpo es el principal instrumento del lenguaje: la voz, la respiración, los músculos faciales y el oído trabajan de forma sincronizada para crear los cimientos de la comunicación.

2. La estimulación del entorno: el papel del adulto

El lenguaje no se enseña como una asignatura. Surge de manera natural, fruto de la interacción constante entre el niño y su entorno. Los adultos —familia, educadores, cuidadores— actúan como modelos lingüísticos, ofreciendo al pequeño un marco comunicativo rico y afectivo donde las palabras cobran sentido.

Durante los primeros años, la comunicación adulto-niño presenta características específicas:

• Se habla más despacio, con pausas más largas, dando tiempo a que el niño procese y responda.

• Se emplea un tono de voz más agudo y afectuoso, lo que capta su atención.

• Se cuidan la pronunciación y la entonación, haciéndolas más expresivas.

• Los enunciados son breves y simples, adaptados a su nivel de comprensión.

• Se repiten palabras y frases, reforzando la memoria auditiva.

• Se utiliza un vocabulario limitado pero variado, con sinónimos y palabras familiares.

• Se acompañan las palabras con gestos, miradas y expresiones faciales, que facilitan la comprensión.

Este “lenguaje dirigido al niño”, también conocido como motherese o habla maternal, es un factor clave en la adquisición del lenguaje oral. A través de él, el niño aprende no solo a reproducir sonidos, sino a asociar palabras con significados y emociones.

3. Un equilibrio entre biología y entorno

El desarrollo del lenguaje oral no depende exclusivamente de la herencia biológica ni del entorno social, sino de la interacción entre ambos factores. Por un lado, el niño necesita la capacidad neurológica y fisiológica para emitir sonidos; por otro, requiere un medio rico en estímulos auditivos y afectivos que lo motive a comunicarse.

Así, el lenguaje se construye en la relación: escuchar, imitar, ser escuchado y comprendido. Cada palabra aprendida es un puente entre el pensamiento interno y el mundo exterior. En el ámbito educativo, esto implica que las maestras y maestros de Educación Infantil deben fomentar entornos donde la palabra tenga valor: en los cuentos, los juegos simbólicos, las asambleas y las conversaciones cotidianas.

4. Implicaciones educativas

En la escuela, el docente actúa como facilitador del lenguaje, promoviendo experiencias que estimulen la comunicación oral:

• Rutinas diarias que den oportunidad al diálogo.

• Cuentos, canciones y rimas para ampliar vocabulario y ritmo lingüístico.

• Juegos de imitación y dramatización que favorezcan la expresión corporal y verbal.

• Atención a la diversidad lingüística, respetando ritmos individuales y contextos familiares.

El objetivo no es solo enseñar a hablar, sino enseñar a comunicar, es decir, a comprender, expresar y conectar emocionalmente con los demás a través de la palabra.

Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si nos permites, queremos presentarte nuestros excepcionales materiales de oposiciones para aspirantes a maestros y maestras de Infantil. Estos materiales, actualizados según la normativa vigente (LOMLOE y RD 95/2022 de Infantil), basados en enfoques actuales como la neurociencia, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), incluyen: Los 25 temas completamente desarrollados y resumidos, con una guía de estudio de cada tema,  en formato de texto y narrados (en formato de estudio y formato de Podcast). Programaciones, Unidades didácticas y Situaciones de aprendizaje innovadoras. Una amplia variedad de casos prácticos resueltos.. Valiosos consejos estratégicos para superar las pruebas con éxito, etc. 📚✨ Haz clic en la imagen y accede a todo nuestro contenido. ¡Estamos comprometidos en ayudarte a conseguir tu plaza con herramientas innovadoras y eficaces! 🎯💪